Los Cardenales venezolanos Baltazar Porras y Diego Padrón afirman que el 28 de julio el pueblo votó abrumadoramente contra Maduro; le acusa de usar la represión y no querer facilitar una transición política democrática; de buscar forjar un dictamen judicial contrario a la verdad, para ganar tiempo e invitar a diálogos inadmisibles, pues al cabo ignorarían “el fraude evidente, la usurpación manifiesta, desconocer la soberanía popular inequívocamente expresada”.
Los Cardenales venezolanos de la Iglesia Católica denuncian la intimidación de los Arzobispos y Obispos como en Nicaragua, y al rechazar esos diálogos pretendidos llaman a enfrentar el desafuero “con la desobediencia y resistencia pacíficas” del pueblo venezolano.