¿Quién mató a Ramsés III? Cómo se resolvió el asesinato más misterioso del Antiguo Egipto

¿Quién mató a Ramsés III? Cómo se resolvió el asesinato más misterioso del Antiguo Egipto

La tumba de Ramsés III, descubierta en 1886, contenía pistas cruciales sobre su muerte (The Royal Mummies)

 

 

 





 

En el año 1155 a. C., el antiguo Egipto se vio sacudido por una traición de proporciones épicas. Un complot orquestado dentro del harén del faraón Ramsés III intentó alterar la línea de sucesión y culminó en uno de los casos de asesinato más fascinantes y misteriosos de la historia. Este complot, conocido como la conspiración del harén real, involucró a dos de los hijos del faraón y a varias de sus esposas en un drama que rivaliza con cualquier relato de intriga palaciega.

Nazareno Rosen

El faraón Ramsés III, como muchos de sus predecesores, tenía una esposa principal, Tyti, y varias esposas secundarias. Estas esposas y sus hijos vivían en el lujoso pero políticamente cargado entorno del harén real, donde las luchas por el poder y la sucesión eran comunes. Tyti, la esposa principal, tenía un hijo destinado a suceder al faraón, mientras que Tiye, una de las esposas secundarias, buscaba colocar a su hijo Pentawar en el trono.

La conspiración tomó forma en un ambiente de incertidumbre sucesoria. Ramsés III había visto morir a muchos de sus hijos, y la muerte de un heredero en 1164 a. C. dejó a un hijo menor de Tyti como sucesor al trono. Tiye, buscando asegurar el poder para su propio hijo, orquestó el complot en el harén con la esperanza de alterar la línea de sucesión a favor de Pentawar.

Los científicos emplearon técnicas modernas de análisis para resolver el misterio sobre esta muerte (The Royal Mummies)

 

 

 

En la década de 1820, un hallazgo arqueológico significativo sacó a la luz un pergamino judicial de 5,5 metros de largo que describía en detalle un complot para asesinar al faraón. Este documento, que data del siglo XII a. C., reveló que Tiye había conspirado con varios miembros del harén y de la casa real, incluido el médico personal del faraón, para llevar a cabo el asesinato. Aunque el pergamino nombraba a muchos de los hombres implicados, solo mencionaba a una mujer, Tiye, y distorsionaba los nombres de los acusados, lo que complicó la tarea de los investigadores para desentrañar la verdad completa.

El interés europeo por los artefactos del antiguo Egipto alcanzó su auge en el siglo XIX, momento en que la recién traducida Piedra de Rosetta abrió la puerta a la comprensión de los jeroglíficos. En este contexto, se descubrió el pergamino que describía un juicio por traición tras el fallido golpe de Estado, implicando a Tiye y a su hijo Pentawar como principales conspiradores.

En 1886, la tumba de Ramsés III fue descubierta, proporcionando una pieza crucial en el rompecabezas de su asesinato. Sin embargo, la documentación inadecuada por parte de los excavadores originales complicó el análisis posterior. El faraón fue encontrado junto a una momia más pequeña, con el rostro desencajado en un grito, envuelta en una simple piel de oveja y sin inscripciones que identificaran su identidad. Esta momia, en contraste con las demás, que estaban cuidadosamente embalsamadas y vestidas con ropas ceremoniales, presentó un misterio adicional para los arqueólogos.

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