“Todos queremos ganar”: Inmigrantes venezolanos en Austin encuentran hogar en una liga de sóftbol

“Todos queremos ganar”: Inmigrantes venezolanos en Austin encuentran hogar en una liga de sóftbol

Cortesía

 

En su infancia en Venezuela, bajo las copas de los árboles de Maracay, Omar “Mao” Conoropo Jr. siempre se imaginó a sí mismo a miles de kilómetros de distancia, en Estados Unidos, jugando a la pelota.

Por Austin American-Statesman





Imaginaba, por supuesto, los majestuosos estadios de béisbol de las Grandes Ligas que veía por televisión. Pero en una noche de verano, el campo de Walnut Creek Park, en el norte de Austin, no era tan diferente. Había mucho en juego.

Las luces del parque revelan nubes difusas en el cielo negro y la postura rígida del lanzador. Unos hombres hacían sonar la reja metálica. Las mujeres coreaban por los altavoces.

En un partido decisivo empatado con las bases llenas, Mao bateo un triple. La pelota rodo por la hierba del jardín izquierdo. Los jugadores de jersey negro de los Marlins de Austin -un equipo de softbol recreativo de la Liga Venezolana de Softball, integrado en su mayoría por inmigrantes venezolanos- esprintaron por las bases, sin cascos y, aparentemente, sin agobios.

Dos entradas más tarde, el último “pop fly” golpeo el guante para completar la sorpresa de los Marlins sobre el equipo cabeza de serie. Mao y sus compañeros salieron corriendo al campo a celebrar, como saben hacer los jugadores de béisbol. Saltaban mientras trotaban y arrojaban agua de botellas de plástico en un arrebato de celebración.

“Cada [temporada], se agarra más nivel porque cada vez se están viniendo más personas que han jugado beisbol a gran nivel”, afirma Mao. Eso hace que la victoria sea aun más dulce, “un orgullo, porque la mayoría nos conocemos. Y todos queremos ganar”.

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