La historia de los Juegos Olímpicos no está exenta de esta realidad. A lo largo de los años, hemos visto casos donde deportistas fueron inicialmente proclamados ganadores, solo para perder sus medallas por hacer trampa. Aquí algunos ejemplos:
1- Ben Johnson (1988, Seúl): Ganó la medalla de oro en los 100 metros planos, pero fue descalificado por uso de esteroides. La medalla fue reasignada a Carl Lewis.
2- Marion Jones (2000, Sídney): Ganó cinco medallas, pero las perdió tras admitir el uso de sustancias prohibidas. Las medallas fueron redistribuidas a las siguientes competidoras.
3- Lance Armstrong (2000, Sídney): Perdió su medalla de bronce en ciclismo contrarreloj por dopaje.
Rashid Ramzi (2008, Pekín): Perdió su medalla de oro en los 1500 metros por uso de CERA, una forma avanzada de EPO. La medalla fue reasignada a Asbel Kiprop.
Además de estos casos olímpicos, hay otros ejemplos notables en el mundo del deporte:
1- Diego Maradona (1994, Copa del Mundo de la FIFA): El legendario futbolista argentino fue expulsado del torneo después de dar positivo por efedrina, una sustancia prohibida.
2- Lance Armstrong (Tour de Francia): Armstrong ganó el Tour de Francia siete veces consecutivas, pero fue despojado de todos sus títulos después de que se descubriera su uso sistemático de dopaje.
3- Maria Sharapova (Tenis): La tenista rusa fue suspendida por 15 meses después de dar positivo por meldonium, una sustancia prohibida, en el Abierto de Australia de 2016.
4- Tom Brady (NFL): El mariscal de campo de los New England Patriots fue suspendido por cuatro juegos en 2015 por su participación en el escándalo conocido como “Deflategate”, donde se descubrió que los balones de juego habían sido desinflados deliberadamente.
Estas decisiones fueron tomadas por el Comité Olímpico Internacional (COI) y las respectivas federaciones deportivas, quienes se encargan de realizar las pruebas antidopaje y aplicar las sanciones correspondientes. No fue otro órgano sino el encargado de velar por la justicia en el deporte.
Es crucial destacar que en ninguno de estos casos se repitió la competencia. La justicia se aplicó directamente, sin necesidad de volver a realizar la prueba. De la misma manera, no debe repetirse la elección en Venezuela, ya que es evidente el triunfo del Dr. Edmundo Gonzales Urrutia. Repetir la elección iría en contra de la voluntad del pueblo venezolano, tal como establece el artículo 5 de la Constitución Nacional de Venezuela.
Entonces, nos preguntamos en el caso de las elecciones: ¿por qué el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) debe tomar una decisión y no el Consejo Nacional Electoral (CNE)? Es evidente que hay que entregar la “Medalla de Oro” al Dr. Edmundo Gonzales Urrutia. Además, es crucial sancionar a todos los que participaron en este “dopaje” electoral, que sin duda entregó la victoria a quien no la merecía.
La justicia debe prevalecer, y así como en el deporte, debemos luchar por un entorno donde la verdad y la integridad sean los pilares fundamentales. En Venezuela, el ganador está claro y sus actas publicadas. La voluntad del pueblo debe ser respetada y honrada.