“Un viernes de locos”, la comedia de 2003 protagonizada por Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan, se convirtió en un éxito de taquilla y dejó una huella en la cultura. Desde entonces, la vida y carrera de sus principales actores han tomado diversos caminos, con Curtis consolidándose como una figura icónica en Hollywood y Lohan enfrentándose a múltiples desafíos personales y profesionales.
Por Infobae
Además, otros miembros del elenco han continuado sus trayectorias en la industria del entretenimiento con variados éxitos. Esta recordada película tendrá un nuevo episodio en los próximos años se está especulando, en el que se reencontrarán el elenco original para realizar la segunda parte del film.
Lindsay Lohan
Después del éxito de “Freaky Friday” en 2003, donde interpretó a Anna Coleman, Lindsay Lohan se consolidó como una de las actrices juveniles más prometedoras de Hollywood. En los años siguientes, protagonizó películas como “Confessions of a Teenage Drama Queen” (2004) y el icónico film “Mean Girls” (2004), que se ha convertido en un clásico de culto adolescente. Además, mostró su talento musical al lanzar dos álbumes de estudio, “Speak” en 2004 y “A Little More Personal (Raw)” en 2005, que recibieron buena acogida comercial.
A pesar de su éxito en la pantalla grande, la vida de Lohan empezó a verse afectada por una serie de problemas personales y legales. En 2007, su carrera sufrió un duro golpe cuando fue arrestada por conducir bajo los efectos del alcohol y la cocaína, lo que marcó el inicio de múltiples enfrentamientos con la ley. Lohan pasó por varias estancias en rehabilitación y enfrentó varios arrestos en los años siguientes. En total, fue detenida seis veces entre 2007 y 2013, incluyendo periodos en la cárcel por delitos como conducir ebria, posesión de drogas y robo. Uno de los momentos más críticos ocurrió en 2010, cuando fue condenada a 90 días de cárcel, de los cuales cumplió cerca de dos semanas, seguidos de tres meses en un programa de rehabilitación para adictos al alcohol y las drogas.
Además de sus problemas legales, Lohan también enfrentó conflictos familiares, como el divorcio de sus padres en 2007, lo que agravó sus dificultades personales. En una entrevista con Oprah Winfrey en 2013, Lohan admitió sus problemas de adicción, describiendo cómo el alcohol era una puerta de entrada a otras sustancias como la cocaína. Esta entrevista marcó un punto de inflexión en su vida, llevándola a alejarse temporalmente de la actuación para concentrarse en su recuperación.
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