La mañana de este sábado 17 de agosto, Monseñor Polito Rodríguez, tomó posesión como IV Arzobispo de la Arquidiócesis de Barquisimeto, bajo el lema; “Quédate con nosotros, Señor”, ceremonia efectuada en la Catedral Metropolitana de la capital del estado Lara.
Corresponsalía lapatilla.com
El acto de posesión inició con la lectura de la Bula Papal por parte del Nuncio Apostólico en Venezuela, Monseñor Alberto Ortega Martín, quien agradeció a los pastores que a lo largo de estos años, tuvieron la gran responsabilidad de guiar a la Iglesia Católica barquisimetana.
En el documento papal, se nombra a Monseñor Polito Rodríguez como Arzobispo de Barquisimeto, de igual manera, fueron presentadas y leidas las letras apostólicas,
Una vez culminada la lectura de la Bula Papal y la presentación de las letras apostólicas, Monseñor Rodríguez, tomó posesión de esta arquidiócesis. Luego de este acto, se realizó el saludo de adhesión y obediencia del clero, representantes de la vida consagrada y de la vida laical.
En la homilía, monseñor Rodríguez manifestó que Dios le ha dado la gracia de ser el pastor de esta iglesia local por lo que lo bendijo, así como también a su Santidad Francisco en la presencia del Nuncio Apostólico.
Agradeció a todos los asistentes a la toma de posesión, así como también, agradeció a Dios por todo lo recibido en torno a su nombramiento.
Monseñor Rodríguez hizo alución al pasaje bíblico de los Discípulos de Emaús, donde estos se encuentran con Jesús y lo reconocieron el partir el pan.
De esa misma manera, mencionó que este pueblo de Dios no está solo por lo que no hay que tener miedo pues suyo es cuanto hay en el cielo y la tierra. “En sus manos está el poder y la fortaleza”, puntualizó.
Expresó su sentimiento de felicifad en asumir este servicio que le ha encomendado el Papa Francisco, al tiempo que elevó una oración por quienes le antecedieron en esta arquidiócesis y agradeció a todos por acompañarles.
Finalmente, pidió a todos que le ayuden a hacer realidad su sueño de hacer una arquidiócesis próspera y que esta iglesia pueda ser transformada en un oasis donde todos se puedan abrazar como hermanos.
“Nos corresponde a todos cuidar la herencia que nos han dejado”.
