La regla que Carlota de Cambridge, la hija de Kate y Guillermo, rompió en su colegio

La regla que Carlota de Cambridge, la hija de Kate y Guillermo, rompió en su colegio

Kate Middleton y Guillermo de Gales con sus hijos. (AP/Kin Cheung)

 

Kate y Guillermo, los príncipes de Gales, son muy estrictos con la educación de sus tres hijos. No quieren que les den un trato especial en el colegio y apuestan porque sean tratos igual que cualquier otro niño.

Por Infobae





Sin embargo, hay veces que, debido a las férreas reglas que debe de seguir la Casa Real británica, los pequeños se han tenido que saltar una norma que les hace tener un poco más de privilegios sobre sus compañeros.

Ya son varias generaciones las que han pasado por el centro educativo de Lambrook, donde también asisten Carlota, Jorge y Luis. Durante los años de pandemia, el colegio impuso unas nuevas normas con respecto a los contagios del virus. Una de esas normas dejaba terminantemente prohibido a los padres acceder al recinto de la escuela en los coches, para evitar aglomeraciones. Esta regla se contradecía con otra de la Casa Real en relación con la seguridad de los miembros, por lo tanto, Carlota no pudo evitar incumplirla. Kate Middleton y Guillermo sí tuvieron acceso al recinto para llevar a su hija, tal y como ha afirmado The Mirror basándose en lo que reveló la experta Katie Nicholl a Vanity Fair.

La importancia de la educación para los príncipes de Gales

En ocasiones se han revelado algunos detalles sobre como Kate Middleton trabaja en la educación de sus tres hijos. Para que estos obedezcan, hay unas palabras que son infalibles: “Vamos a tomarnos un descanso”. Según recoge la The Sun, “los gritos están fuera de los límites para los niños y cualquier insinuación de gritarse entre ellos se soluciona quitándolos de en medio. Uno de los padres se lleva al niño travieso del lugar de la pelea o el altercado y le hablan con calma”, revela The Sun. Es de vital importancia que los futuros herederos del reinado británico tengan una educación basada en el respeto y en la sofisticación, sin desviarse del marcado protocolo que ha de seguir la familia.

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