El magnate británico de la tecnología Mike Lynch se encuentra entre los desaparecidos en el naufragio de un velero de lujo ocurrido este lunes de madrugada cerca de Palermo, en la isla italiana de Sicilia, con 22 personas a bordo.
Por El Tiempo
“Esta mañana hacia las 05H00 (03H00 GMT), tras una violenta tormenta, un velero de 56 metros, bautizado ‘Bayesian’ y con bandera británica, se hundió frente a Porticello”, una ciudad costera situada 15 km al este de Palermo, indicaron los guardacostas italianos en un comunicado.
A bordo de la embarcación de lujo había 12 pasajeros y 10 miembros de la tripulación, en su mayoría británicos, según los medios italianos.
Entre ellos estaba Mike Lynch, uno de los empresarios tecnológicos británicos más conocidos, indicó a AFP el director de la Protección Civil regional, Salvo Cocina.
Angela Bacares, esposa del magnate de 59 años y fundador de la empresa de software Autonomy, fue rescatada, según una fuente cercana a las operaciones de rescate.
En total, quince personas fueron rescatadas y en un primer momento se reportaron siete desaparecidos, entre ellos un miembro de la tripulación y seis pasajeros de nacionalidad británica, estadounidense y canadiense.
El cuerpo de uno de los desaparecidos se encontró en el pecio del velero, localizado a 50 metros de profundidad, y logró ser recuperado.
Charlotte, una pasajera británica de 35 años, contó que perdió a su hija de un año “durante dos segundos” en el agua antes de recuperarla.
“La abracé inmediatamente en medio de las olas. Muchos gritaban. Afortunadamente, el bote salvavidas estaba inflado y 11 de nosotros subimos a bordo”, contó a la agencia de noticias italiana Ansa. La mujer y su hija fueron hospitalizadas pero están fuera de peligro.
La mayoría de los sobrevivientes son británicos, aunque también hay dos franco-británicos, un esrilanqués, un neozelandés y un irlandés, informaron los medios.
El sol volvió a salir el lunes, lo que permitió que los servicios de rescate realizaran las búsquedas, en las que participan un helicóptero y buzos, con mar en calma.
Para seguir leyendo, clic AQUÍ.