En el Génesis, la primera parte de la Biblia, Dios le encargó a Noé, ante la amenaza del Diluvio Universal, que construyera un gran barco para salvar a su familia y a las especies animales.
Por: Clarín
La Enciclopedia Católica reconoce que el texto del Génesis no da mayores precisiones sobre lo que ocurrió con el Arca luego del Diluvio. Solo da a entender que encalló en el monte Ararat.
Las tradiciones armenia y judía coinciden en que quedó sobre el monte Ararat. Incluso, en el siglo I, los armenios aseguraban que aún quedaban restos del Arca.
En 1829, el naturalista alemán Friedrich Parrot fue el primero que intentó llegar hasta los restos. Desde entonces, hubo muchas expediciones y, por eso, cada tanto, aparecen noticias de hallazgos sobre el lugar donde estuvo el Arca.
Un artículo de National Geographic informa que, “durante décadas, se han ido sucediendo en los periódicos noticias sobre descubrimientos por parte de investigadores, “buscatesoros” y estudiosos de partes de la mítica nave, como maderas de gran antigüedad, o imágenes aéreas de lo que podrían ser trozos de barco. Aun así, no se ha podido demostrar su veracidad y el misterio sigue vivo”.
Una imagen tomada en 1959, la primera de ellas, muestra lo que sería el contorno del Arca en el perfil de una de las montañas del macizo ubicado entre las fronteras de Turquía y Armenia. Según estas afirmaciones, los corrimientos de tierra durante siglos habrían tapado los restos del navío y los huecos y protuberancias que se observaban concordaban perfectamente con los de los mástiles de un barco”.
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