En Ecuador la empresa petrolera CHEVRON protagonizó por años una dura batalla contra la corrupción gubernamental que pretendía, junto con mercenarios disfrazados de ambientalistas, hacerle pagar millones de dólares por violaciones al ambiente cometidas por la empresa estatal PETROECUADOR., ver mi artículo: https://www.elcato.org/el-
Posteriormente vi la actuación de Chevron en Argentina, la cual me pareció oportunista y carente de escrúpulos, al celebrar un contrato con el gobierno de Cristina Kirchner para desarrollar los yacimientos de lutita petrolífera de Vaca Muerta, después que ese gobierno había confiscado la participación de REPSOL en ese desarrollo. Me pareció poco ;ético que CHEVRON se aprovechara de un abuso de poder contra una corporación petrolera española para entrar a colaborar con el b-gobierno abusador, ver: https://venergia.org/invito-a-la-verdadera-chevron-a-ponerse-de-pie/ .
Sin embargo, nada tan censurable acerca de la actitud éticamente ambigua como la que lleva a cabo en Venezuela, donde se ha convertido en el principal apoyo financiero de la dictadura de Nicolás Maduro, primero, u luego de la de Nicolás Maduro, por largos años. Durante la dictadura de Hugo Chávez Chevron llegó a prestarle al corrupto dictador una suma superior a los dos mil millones de dólares con la pretendida justificación de desarrollar el campo Boscán, para lo cual no era necesaria una suma como esa. Ese dinero fue utilizado por Chávez para consolidarse en el poder. Posteriormente Chevron se ha mantenido activa en la Venezuela de Maduro, representando una buena porción de la producción petrolera que mantiene a Maduro aferrado al poder, algo que es posible debido a la indecisión del gobierno de Joseph Biden sobre sanciones al asesino y ladrón Maduro.
La actitud celestina de Chevron en Venezuela viene desde los tiempos de Ali Moshiri al mando de la empresa en Venezuela. Aún después de salir del país Moshiri continuó promoviendo la participación de las empresas petroleras en una Venezuela asfixiada por la dictadura. Así decía, ver: https://www.youtube.com/watch?v=NOp37C8rm_U&feature=youtu.be
· El riesgo de inversión en Venezuela es muy bajo y la tasa de retorno sobre la inversión es alta
· CHEVRON no se siente amenazada en Venezuela. Nos ofrecieron una alternativa y la hemos aceptado
· Nosotros le hemos prestado al gobierno unos dos mil millones de dólares porque creemos que apoyar al gobierno es apoyar al pueblo
· No nos metemos en política ni tratamos de cambiar el sistema, trabajamos dentro del sistema existente
· Chávez trató de ayudar a los pobres
· Los problemas de Venezuela no están sobre la superficie sino debajo de la superficie porque hay pocos recursos logísticos, insuficiente mano de obra especializada y una cadena de suministro muy frágil.
Chávez le respondía: “Espero que usted nos ayude a establecer una buena relación con el gobierno de USA. Le damos a usted la mano”. En 2013 le dijo: “Durante los últimos cuatro años hemos tenido una estrecha relación, especialmente en Petropiar. Nuestra relación es una de las mejores”. Y Moshiri decía: “la industria del gas nunca arrancó en Venezuela después de la nacionalización. Siempre ha sido un país petrolero. El gobierno del presidente
Chávez es el primero en desarrollar el gas”…. Un verdadero romance.
Hoy día ese romance ha continuado sobre la base de que una corporación no debe tomar partido en los asuntos políticos del país donde actúa. Debe ser, dirá Chevron, completamente aséptica. Pero lo cierto es que, como dice David Morán en su página X, ver: https://x.com/morandavid/status/1826428396626223465?s=19, los principales accionistas de la empresa están preocupados por la fisonomía cómplice dela empresa con una de las dictaduras más detestables del planeta.
Una corporación tiene como misión principal la de dar beneficios a sus accionistas. Usualmente esos beneficios están representados por dividendos en dinero y por la progresiva valorización de la empresa pero, también, por su prestigio y por su fidelidad a la responsabilidad social y ética que debe acompañar sus actividades. Cuando esa responsabilidad social y ética se resquebraja como está sucediendo en Venezuela, en el afán crematístico de la gerencia de la empresa, es preciso que los accionistas se pregunten si ello representa debidamente sus mejores intereses.
Como bien dice David Morán los barriles que extrae Chevron en Venezuela son barriles de sangre.