El filósofo griego Aristóteles define en su obra “Política” a la misma como la actividad humana tendente a gobernar una sociedad y llevarla hacia el bien común. Además de ello, menciona que el hombre es un animal político. Bajo este contexto, lo que vemos hoy en día no se ciñe a la definición de gobernar o dirigir al pueblo hacia el bien común de toda la población venezolana, es el bien común de solo un pequeño y reducido grupo de ricos…
Venezuela transita tiempos difíciles en su existencia como Estado. Los venezolanos debemos volvernos creativos para poder sobrevivir en un revuelto país, totalmente desconocido para nosotros los que conocimos la cuarta República. “Las garras de un perverso animal que lleva por nombre “hiperinflación”, nos están rasguñando las costillas”, realidad que está derivando en hambre en los estratos sociales C, D y E, situación que motiva a estos sectores a salir de vez en cuando a la calle para preservar su existencialismo con o sin violencias.
Pero debemos valorar, ¿Dónde estamos? ¿Cómo llegamos aquí? ¿Estamos donde queremos estar? ¿A dónde vamos? ¿Cuándo pasó todo esto? Estas son solo algunas de las preguntas que se nos vienen a la mente cuando hablamos de la situación política en Venezuela, para muchos estamos muy cerca de un de punto quiebre negativo… que es un punto de quiebre: Es cuando ya no hay manera de regresar, empezar a descender por un largo tobogán sin la oportunidad de bajarse y con graves consecuencias…
Emergen turbulencias, es el resultado de interpretaciones irreconciliables de la historia venezolana reciente. De acuerdo al gobierno del presidente Nicolás Maduro, sus orígenes residen en una conspiración por parte de miembros de la Plataforma Unitaria y fuerzas foráneas (en particular, los Estados Unidos), para deponer a su gobierno y restaurar el régimen “oligárquico” que perdió el poder frente a Hugo Chávez, predecesor y mentor de Maduro, en las elecciones de 1998. Su motivación principal, de acuerdo a esta interpretación, es el control de las reservas de petróleo del país, estimadas por algunos como las más grandes del mundo.
Los indicadores económicos encienden sus luces rojas una y otra vez, Venezuela se aproxima a un punto de quiebre, las condiciones están dadas, este país donde un pequeño grupo sobrevive de su riqueza gracias al Estado Venezolano, mientras la mayoritaria está expuesta a morir de mengua por falta de alimentos o de medicinas, si acaso sobrevive al hampa desbordada. Desplacemos el orgullo de decir que somos un país rico y preparémonos para solicitar formalmente ante el mundo asistencia humanitaria a todos los organismos internacionales, como aquella que se les suministra a los países víctimas de desastres naturales, en nuestro caso por culpa de un modelo económico llamado Socialismo Siglo XXI, corrupción e ineficiencia del gobierno.
Tiene mucha significación si analizamos escenarios de las posibles transiciones dentro de un contexto complejo, por las posiciones del gobierno, pareciera que este se daría por un quebrante negativo, todo apunta Venezuela va hacia esta vía más peligrosa e inestable de esa transición. Este escenario pudiera derivarse de una germinada ingobernabilidad producto de los radicales enfrentamientos entre el gobierno y la oposición, la arrogancia de Maduro, la violencia social incontrolada por el hambre…
Lo grave día a día se configuran nudos críticos, la posición poselectoral del CNE no es otra de obedecer lineamientos de la revolución, ejemplo crisis política electoral generada a partir 28 de Julio, el organismo electoral gravita en función de los intereses del gobierno al contribuir al avance del conflicto, es decir, que a partir de ahora trabaja conjuntamente TSJ para dar los resultados electorales presidenciales definitivos. Es así como se viene construyendo un escenario en el que el gobierno, utilizando esta vez al CNE y TSJ como brazos ejecutores, niegan toda posibilidad de una salida democrática a la grave crisis política que atravesamos, nos coloca más cerca de un punto de quiebre hasta en lo político.
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