Vestida de blanco, camina desde la estación de metro Retiro hasta la Puerta de Alcalá, ubicada en la premonitaria Plaza de la Independencia. Aquí despliega su bandera tricolor para ser fotografiada por Crónica. Carolina González López (Venezuela, 1980) responde «optimista» cuando se le pregunta cómo está.
Lleva una década exiliada en Madrid, lejos de su madre Mercedes, su hermana Mariana y su padre, Edmundo González Urrutia, ganador de las últimas elecciones en Venezuela. De él heredó su carácter apacible, además de su valentía. Consciente de que al régimen chavista le enardece cualquier vestigio de libertad, accede a ser entrevistada. Quiere «alzar la voz por los que no pueden». Es su primera entrevista para un medio español.
La última esperanza de los venezolanos para recuperar la democracia está en manos no sólo de la líder María Corina Machado, sino también de las de su padre. Su protagonismo para una transición sorprendió a la familia cuando, en marzo, fue designado como el candidato que se enfrentaría a Nicolás Maduro. Ya lo ha derrotado. Así lo demuestran las únicas actas que se han hecho públicas: las que dio a conocer el tándem Machado-González.
Con el 83,50% de las actas digitalizadas, se comprueba que Edmundo González superó a Maduro en casi cinco millones de votos. Eso sin contar a los cinco millones de venezolanos en el exterior y en edad de votar que no pudieron participar en el escrutinio, Carolina incluida. Desde Madrid, la hija de Edmundo González se suma a los 9,8 millones de venezolanos en el exterior que claman por la democracia y la libertad de los más de 1.600 presos políticos.
¿Por qué eligió España para vivir su exilio?
Emigré en el año 2014, a los pocos meses de casarme, motivada por una oferta laboral de mi esposo en Madrid, en donde hemos vivido desde entonces. Mi abuela materna era vasca. La cultura española siempre ha estado muy presente en nuestra casa. Para mí era normal pensar en España como un país donde podríamos establecernos tanto a mediano como a largo plazo.
¿Qué halló aquí que no pudo encontrar en su país?
Libertad, seguridad, más oportunidades de trabajo, y una muy buena calidad de vida. Era todo lo que una pareja recién casada buscaba.
¿Cuál es su balance tras 10 años en España y viendo desde el exilio la decadencia que ha sufrido Venezuela en la última década?
En Madrid hemos encontrado una calidad de vida que, lamentablemente, no existía ni existe en Venezuela. Tristemente, desde que me vine a España observo cómo Venezuela cada vez se acerca más a una muy cruel dictadura. A esto habría que sumarle el deterioro de su economía, las infraestructuras, la educación, la salud, los servicios básicos, la inseguridad, el aumento vertiginoso de presos políticos, la censura en los medios, la falta de oportunidades para los jóvenes, entre otros aspectos.
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