Luis Barragán: ¿Hablar por hablar?

Luis Barragán: ¿Hablar por hablar?

Luis Barragán @LuisBarraganJ

Muy consabidas las difíciles circunstancias actuales que tienen por síntesis el fraude, se impone la reflexión y la acción política de una oposición de clara vocación y mentalidad democrática. Facetas deben apuntar a un limpio trazado estratégico que compete al liderazgo disponible, entendiendo por tal al que históricamente tenemos y no otro, por mucha admiración y devoción que sintamos respecto a muchos de los que forjaron al país en tiempos ya remotos.

Existe una justificada indignación y profunda rabia, pero también observamos el testimonio escrito de una enfermiza quejumbre que, al mismo tiempo, poco aporta a ese ejercicio de reflexión que deseamos, aún limitados por la (auto)censura. Peor, suele pasar por análisis político la cómoda exaltación de la candidatura presidencial de Edmundo González y de todos los que directa e indirectamente o, de un modo u otro, contribuimos a ella, cuando es ya otra y distinta la coyuntura planteada.

Salvo honrosas excepciones, se nos antojan inservibles la trillada lisonja y las fáciles conjeturas de opinantes, opinadores u opinativos que, algo inevitable, sugieren y desembocan en soluciones (de) autómatas, mágicas y automáticas. Entonces, así, no luce tan obvia la distinción entre el comentario estratégico de un determinado evento deportivo, en relación al curso de una realidad política que es algo más que un espectáculo.





Se mantiene en pie la moral del pueblo venezolano, portador de firmes razones y propósitos de un transparente sentimiento. Y es válido preguntarse, por ejemplo, si hablar por hablar es la solución, en lugar del planteamiento político, específico, concreto y, en todo lo posible, novedoso.

Nadie duda de las iniciativas, sacrificios y empeños que las grandes mayorías de los venezolanos aportaron a favor de la candidatura presidencial, manteniendo vivo el ideario democrático, pero ya entramos en otra etapa que ha de significar la esperada y definitiva reconstrucción del quehacer político en el país. Hasta nuevo aviso, quehacer que tiene características muy propias que huelgan comentar.