Empresaria peruana llamada Carolina Herrera ganó batalla legal contra la diseñadora venezolana

Empresaria peruana llamada Carolina Herrera ganó batalla legal contra la diseñadora venezolana

La diseñadora venezolana Carolina Herrera y la empresaria peruana, María Carolina Herrera Herrera. | Foto: La República

 

María Carolina Herrera Herrera, la empresaria peruana que ganó una batalla legal contra la diseñadora de moda venezolana por el uso de su apellido en el país, vive en una urbanización de Ate-Vitarte, en una vivienda identificada con el número 212, como la línea de perfumes creada por la icónica diseñadora.

Por Infobae





No suele aparecer en fotografías familiares. Nunca ha usado ninguna fragancia de su homónima porque prefiere la línea de Elizabeth Arden. Y el dinero que recauda de su emprendimiento, “La Jabonera by María Herrera”, lo destina para costear las esterilizaciones de animales en abandono. “Para dejar un mundo mejor; al final la plata es mía”, dijo en una entrevista difundida este domingo por Panorama.

“Carolina Herrera es mi nombre, lo tengo en mi documento de identidad y soy peruana. Tengo todo el derecho de usarlo como a mí me convenga y me parezca”, declaró al dominical. Nacida en Cerro de Pasco, contó que la inscripción de su marca fue un regalo de su hijo, Darío Morales, egresado de la carrera de Derecho de la Universidad Mayor de San Marcos. “Mi hijo me quiso dar una sorpresa por Navidad y registrar la marca. Al poco tiempo me llegó una notificación de un abogado que me dijo: ‘Señora, ¿no quiere que la asesore en el problema que tiene en INDECOPI?. Y yo dije: ¡Qué!’”, recordó.

La firma Carolina Herrera Ltd. envió en noviembre de 2021 un documento para frenar el registro de la marca “La Jabonera by María Herrera”, que había requerido el registro para distintos productos de la clase 3 de la nomenclatura oficial, que incluye preparaciones para blanquear, jabones no medicinales y productos de perfumería.

La marca con sede en Estados Unidos se oponía bajo el argumento de que es titular de registros de marcas en la misma clase, que el signo solicitado era similar a sus marcas y que se refiere a productos idénticos. “Al principio me dio cólera porque dije qué injusto, más que injusto creo que es tirado de los pelos que alguien te diga ‘no uses mi apellido’. Dije, ‘qué estupidez’”, comentó.

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