Un estudio innovador, realizado en modelos animales, reveló un mecanismo clave de los tumores que les permite crecer sin ser detectados por el sistema inmunológico, ya que pueden “editar” sus propios genes para escapar de la detección. Esta capacidad para reprogramar su genética les permitió evadir las defensas naturales del cuerpo, lo que representa un desafío significativo para las terapias actuales contra el cáncer, según un reciente estudio.
Por Infobae
De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020, el cáncer se consolidó como la principal causa de muerte en el mundo, con casi 10 millones de defunciones atribuidas a esta enfermedad, una cifra que se traduce en casi una de cada seis muertes registradas. De este total, el de mama fue responsable de 685,000 decesos, siendo que los diagnósticos registrados alcanzaron 2,26 millones.
Ante esta realidad, los científicos hay centrado su mirada en esta patología oncológica. Para ello, mediante un modelo en ratones, aplicaron una técnica avanzada conocida como secuenciación de ARN de una sola célula a nivel genómico. Esta metodología permitió analizar en detalle cómo se comportaban los genes en cada célula individual de un tumor.
Los científicos, pertenecientes al Beth Israel Deaconess Medical Center (BIDMC) y del Boston Children’s Hospital, observaron que los tumores usaban un proceso llamado modificación epigenética, específicamente la metilación del ADN, para “apagar” ciertos genes cruciales en la respuesta inmune innata del cuerpo, la cual es la primera línea de defensa contra infecciones y enfermedades.
Una manera de comprender este proceso es imaginar que el ADN funciona como una suerte de libro de instrucciones para la célula, y la metilación del ADN es como poner cinta adhesiva sobre algunas páginas, impidiendo que las instrucciones sean leídas y, por lo tanto, que la célula actúe según ellas. Cuando esto ocurría, según advirtieron los científicos en el trabajo publicado en Nature Immunology, los tumores lograban ocultarse del sistema inmunológico. Al tiempo que identificaron que esta estrategia de silenciamiento de genes podría estar presente en muchos tipos de cáncer, y no solo en el de mama.
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