El regreso al poder gubernamental de Diosdado Cabello, número dos del chavismo y vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), se escenificó con todo el boato revolucionario. La ocasión lo merecía, porque desde que Nicolás Maduro llegó al poder en 2013, tras decantarse Hugo Chávez entre ambos, influido por “su mano firme, su mirada y su corazón de hombre del pueblo”, Maduro ha jugado a limitarle al máximo el poder a su antiguo rival sin que éste se le rebelara.
Por: El Mundo
“He decidido incorporar a un compañero cuarto bate como nuevo ministro del Poder Popular de Interior, Justicia y Paz y como vicepresidente para la Seguridad Ciudadana. Se trata del capitán bolivariano Diosdado Cabello”, arengó Maduro, mientras el poderoso militar (nunca dejan de serlo, aunque estén en la reserva) se aplaudía a sí mismo, sabedor de que la urgencia histórica obliga hoy al hijo de Chávez a entregarle buena parte de la represión a quién también pugnó por ostentar el título de hijo del comandante supremo. Diosdado siempre se sintió con más galones que el sindicalista del Metro que no participó en el golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez.
Cuarto bate es un símil beisbolero que se usa en Venezuela para indicar al bateador más poderoso, no tiene que ver con el evidente sobrepeso que cargan los dos mandamases bolivarianos en un país famélico. Tal es el poderío de Cabello que sus tentáculos se han extendido hasta España, en dónde tiene a su hermana de cónsul en Bilbao, además de una extensa red de empresas con familiares superpuestos, tal y como ha desvelado el portal informativo anticorrupción Armando.info.
“En su sobrevivencia, el deslegitimado gobernante recurre a Diosdado para recomponer unas filas sobre las que pesan una avasallante derrota electoral y un desánimo moral muy difícil de ocultar”, subrayó Óscar Murillo, coordinador general de la prestigiosa ONG Provea.
Para confirmar de qué va este nombramiento, Maduro reiteró que Cabello sabe mucho de “paz, paz, paz” mientras escenificaba con sus manos una pistola con tres disparos. El nuevo ministro de Interior asume los mandos de la represión dispuesto a ganar la batalla final contra la oposición democrática y la sociedad civil a fuerza de persecución y de violencia, acompañada de muchas dosis de propaganda. Desde el púlpito televisivo del programa Con el mazo dando, Cabello ha señalado una y otra vez a sus víctimas, que en el 92% de los casos durante 2020 y 2021, según un informe de Amnistía Internacional, fueron posteriormente detenidas.
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