La Casa de la Capitulación es un sitio emblemático en Maracaibo. Allí se firmó la capitulación el 3 de agosto de 1823. Es calificada como una joya histórica y arquitectónica en la región.
En la actualidad tiene varios atractivos turísticos como un salón audiovisual, una sala de cuadros con inteligencia artificial, su arquitectura y esplendorosos espacios que muestran cómo eran las viviendas en el siglo XIX.
Yenireth Flores, directora de la Casa de la Capitulación, resaltó en conversación con la patilla.com, el proceso de transformación de esta edificación icónica, ubicada en el casco central de Maracaibo, para estar a la vanguardia tecnológica.
Destacó Flores que el propósito es proyectar la historia de manera dinámica utilizando las nuevas tecnologías. “El objetivo de esta innovación es que el usuario pueda conectar su teléfono al QR del cuadro, y a su vez ese mismo cuadro le va a contar su historia y su significado”.
La directora relató que cuentan con servicio de internet gratuito para que todos los asistentes disfruten de esta experiencia, además de la visita guiada para conocer los salones donde muestras obras de artes, exposiciones fotográficas y un espacio que recrea cómo eran las casas de la ciudad en la época de la colonización.
También hay un salón donde se muestran cómo eran las vestimentas de los patriotas, españoles y esclavos en los tiempos de la colonia.
La idea de la actual directiva es aprovechar y promocionar al máximo todos los espacios de la casa.
Un viaje al pasado
La biblioteca lleva por nombre Humberto Fernández Morán, en honor a este insigne médico zuliano que estudió y se graduó en la sede del Colegio Alemán, el cual funcionó en este espacio en el año 1937.
También se dictan talleres de dibujo, pintura, crochet, cuatro, entre otros, para la formación de niños y adultos.
Flores relató que la familia Casa de la Capitulación cuida este espacio como si fuese su propio hogar.
“Pasamos acá más tiempo que en nuestro propio hogar. El secreto para brindar una atención y espacio de calidad es el amor y el sentido de pertenencia. Ambas razones acompañan a todos los que hacemos vida acá”, enfatizó.
La Casa de la Capitulación en pleno siglo XXI conserva todos los espacios, decoración y ambientación de las casas coloniales. Al abrir las grandes puertas típicas de esa época, se ingresa al zaguán, donde se siente el aire de la naturaleza de manera perenne. Por allí ingresaban a las viviendas los caballos durante la época de la colonia.