Visitar a un médico y no obtener un diagnóstico adecuado puede ser muy peligroso para la salud. Esto es lo que le sucedió a Rich Bugay, un hombre que toda su vida luchó contra un malestar constante en la boca y mucha dificultad para respirar. Al principio no parecía nada grave, pero nadie esperó este cuadro.
Por: El Tiempo
Las primeras visitas médicas no le dieron muchas respuestas, ya que los doctores pensaron que se trataba de un problema en su sistema gastrointestinal. Debido a este diagnóstico, se sometió a una colonoscopia, que según él, “descartó muchas cosas”. Sin embargo, tras probar numerosos tratamientos para la afección, nada mejoró sus síntomas.
Frustrado por no poder solucionar sus dolencias, decidió ir a la Clínica Mayo, una de las mejores de Estados Unidos. Programó una cita con el especialista gastrointestinal Dr. Houssam Halawi, pero un chequeo de rutina terminó en la detección de un soplo cardíaco que derivó en el diagnóstico final: aneurisma aórtido.
El aneurisma medía 6,6 centímetros, según el cirujano cardiovascular. Para entender la gravedad, normalmente, los aneurismas de 5 centímetros o más se tratan quirúrgicamente. El ecocardiograma también reveló que tenía una cardiopatía congénita llamada síndrome de la válvula aórtica bicúspide, en la que la persona tiene solo dos colgajos en vez de tres, para que la sangre fluya normalmente.
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