El reciente decomiso de otro avión del régimen de Nicolas Maduro por parte de Estados Unidos es un serio indicio de la chorrera de sanciones que se le viene encima al dictador si insiste en aferrarse al poder por la fuerza.
En represalia, el régimen emitió una orden de arresto contra el presidente electo, Edmundo González Urrutia, lo que reviste una extrema gravedad.
Por lo pronto ha quedado claro que el Presidente electo, con el apoyo de María Corina Machado y la Gran Alianza Nacional, cuenta con el apoyo decidido de la inmensa mayoría de los venezolanos y de la comunidad internacional.
Este evento no se debe interpretar a la ligera ni como un hecho aislado, sino como el reflejo de las tensiones existentes entre la comunidad internacional y la tiranía en Venezuela, a causa de los desafueros cometidos por Maduro y sus secuaces.
Me refiero a la indignación que ha provocado el descarado desconocimiento de los verdaderos resultados de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio y la aberrante violacion de los derechos humanos de los venezolanos, que ha traído como consecuencia la mayor migración que se registra en el planeta.
El decomiso de este otro avión del régimen de Maduro debe ser visto como una señal de una postura mucho más fuerte de Estados Unidos y de otros paises frente al régimen tiránico de Nicolás Maduro.
Este acto es el inicio de una nueva y quizá más radical oleada de sanciones y medidas punitivas que Washington y otras naciones están dispuestos a adoptar frente al régimen de Caracas, con el fin de presionar para que respete la voluntad expresada por el pueblo venezolano en las elecciones presidenciales y cese la salvaje represión desatada contra la oposición.
Desde el punto de vista económico, el aumento de las sanciones e incluso la posible orden de captura Internacional contra Maduro y sus cómplices, podría ocasionar un mayor aislamiento y afectar las ya muy limitadas operaciones comerciales y de transporte de Venezuela.
La pérdida de activos, la prohibición de contratar con el régimen y las probables órdenes de aprehensión en contra de la cúpula gobernante, pueden generar gravísimas consecuencias directas en la logística y movilidad del personal y bienes venezolanos.
En el ámbito internacional, este episodio seguramente tendrá repercusiones en las relaciones entre Estados Unidos y otros países de la región, así como en las alianzas estratégicas de Venezuela con naciones como Rusia, Irán y China.
La respuesta de estos países ante nuevas y más fuertes sanciones contra el régimen de Maduro podría también fortalecer o debilitar las dinámicas de poder en América Latina, sobre todo en el caso de Colombia, Brasil y, por supuesto, Cuba y Nicaragua.
Finalmente, el decomiso de este avión y las probables nuevas sanciones resaltan las complejidades de la interdependencia internacional.
En resumen, el decomiso del avión por parte de Estados Unidos tiene múltiples implicaciones que abarcan lo político, económico y social.
Este evento no solo recrudece las tensiones, sino que también pone contra la pared a un régimen criminal que se ha apoderado de un pais para cometer sus fechorías y no tiene escrupulos para someter a sangre y fuego a su población con tal de perpetuarse en el poder.