Peter Lindbergh: la historia de las fotos en las playas de Malibú que dieron vida al fenómeno de las supermodelos de los 90

Peter Lindbergh: la historia de las fotos en las playas de Malibú que dieron vida al fenómeno de las supermodelos de los 90

En esta foto de archivo tomada el 20 de septiembre de 2016 en Los Ángeles, el fotógrafo alemán Peter Lindbergh asiste a la firma de libros de “A Different Vision On Fashion Photography”, con Kate Moss en la portada (Photo by Frazer Harrison / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP)

 

Hace cinco años la moda se despedía de uno de sus fotógrafos estrella. Peter Lindbergh, conocido como el “padre” de las supermodelos de los 90s, murió a los 74 años en Dallas, Estados Unidos. El creativo que cambió el lenguaje de la fotografía de su época, dos años de morir, como si supiera su destino final, se ocupó el mismo de armar su propia retrospectiva, que tuvo lugar en el Museum Kunspalast de Düsseldorf. Unas 140 fotografías que resumían sus años de gloria en la moda, precisamente entre las décadas del 90 y del 2010. Peter Lindbergh: Untold Stories exhibía imágenes inéditas de modelos que junto a él hicieron historia, entre ellas Claudia Schiffer, Cindy Crawford, Naomi Campbell, Christie Turlington.

Por infobae.com

El fotógrafo alemán retrató el ascenso de unas modelos hasta un lugar sin precedentes. La palabra modelo se resignificaba, ingresaban al star system, sus vidas privadas despertaban interés y sus cuentas bancarias comenzaban a acumular millones de la noche a la mañana. Fue célebre la frase de Linda Evangelista cuando en los 90s declaró: “No me levanto de la cama por menos de 10.000 dólares”. Se trata de la misma modelo que se deshizo de su larga melena por sugerencia de Lindbergh. “Todos hablaban de mi pelo, de pronto estaba en las portadas de Vogue de todo el mundo”.

Fue una sesión de fotografía en la playa Malibú, en 1988, que incluía a Evangelista, entre otras modelos, que revolucionó la fotografía de ese entonces. Una simple camisa blanca revelaba el cambio de época, en la que se abandonaban las estridencias que habían ganado terreno en los 80s, sus densos maquillajes, peinados volumétricos y las reinantes hombreras que proyectaban una imagen poderosa. La estética del fotógrafo devolvía a la mujer una imagen más fresca y despojada. Para Lindbergh menos era más.

Sus retratos en blanco y negro y a cara lavada destacaban la belleza natural de las modelos, tomadas en primeros planos. Revelar sus personalidades era parte de su objetivo, dejando atrás las poses y artificios. Las fotos grupales de modelos, el contexto y el clic en el momento exacto lo convirtieron en uno de los fotógrafos más codiciados por la industria de la moda y por Hollywood. Sus fotos fueron publicadas en las revistas más prestigiosas como Vogue, Vanity Fair y Harper’s Bazaar. También dejó su firma en el icónico Calendario Pirelli de 2017.

No solo sabía capturar la belleza real de las mujeres. También intentaba mostrarlas seguras de sí, más aventureras, teniendo el control de sus vidas.

Nacido bajo ocupación nazi

Peter Lindbergh nació el 23 de noviembre de 1944 en Lezno, poco antes del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando esa localidad pertenecía a Polonia y estaba ocupada por Alemania nazi. Posteriormente fue anexionada por Alemania. Su infancia transcurrió en la granja de su tío en Duisburgo, una localidad situada en la confluencia de los ríos Rin y Ruhr, cerca de Düsseldorf. Peter era un apasionado del handball. El deporte le atraía más que sus estudios, que abandonó a los 15. En esa época consiguió su primer trabajo que requirió de su buen gusto innato. Fue vidrierista de las tiendas departamentales Karstadt y Horten.

En los años 60 estudió Bellas Artes en Berlín. Tenía particular interés por el cine del expresionismo alemán y por la escultura. Aunque también lo apasionaba la pintura. Inspirado por las pinceladas de Vincent Van Gogh se internó en la dorada campiña de Arlés, lugar al que llegó haciendo dedo. Pasó meses en el sur de Francia, y antes de regresar a Alemania, visitó España y Marruecos.

La cámara la tomó casi por accidente y nunca más la abandonó. En 1969 hizo su primera exposición. Cuando se mudó a París cosechó sus primeros éxitos y pronto logró hacerse un nombre en el mundo de la moda a nivel internacional. El alemán fue contratado por grandes firmas para hacer sus campañas, entre ellas, la maison francesa Dior, cuya colaboración quedó inmortalizada en un libro de Taschen; la italiana Armani, Chanel las norteamericanas Donna Karan y Calvin Klein.

Las primeras portadas para Vogue UK fueron decisivas para convertirse en una de las figuras más relevantes del mundo de la moda. Fue en esa revista donde le encargaron un editorial con las mismas modelos emergentes que había tomado en blanco y negro en las playas de Malibú con las camisas blancas. En la edición británica, Linda, Naomi, Cindy, Tatjana y Christy posaban en las calles de Brooklyn, con jeans, bodies, sonriendo sin maquillaje y peinados sencillos.

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