La historia es de esas que da hasta para un guion de Hollywood. Y una que, de momento, tiene conmocionado a Washington y sus alrededores.
Por El Tiempo
En el epicentro está Juliana Peres, una niñera inmigrante de origen brasileño a la que ahora acusan del homicidio de al menos una persona en un truculento caso salpicado con supuesto sadomasoquismo y la relación extramatrimonial con su empleador.
Peres migró a Estados Unidos en el 2021 como parte de un programa de ‘au pairs’ del departamento de Estado que ubica a jóvenes en casas de estadounidenses para que ayuden en el cuidado de los niños y otras tareas domésticas a cambio de alojamiento, comida y un pequeño sueldo.
Oriunda de un barrio pobre a las afueras de Sao Paulo e hija de una empleada del servicio, Peres, en ese entonces de 21 años, vio el traslado como una oportunidad para coronar el famoso “sueño americano”.
Tras su entrenamiento previo, la brasileña aterrizó en la casa de Christine y Brendan Banfield, en Herndon (condado de Fairfax), uno de los vecindarios más prestigiosos a las afueras de la capital estadounidense y donde viven muchos funcionarios del gobierno.
Brendan, de hecho, es un investigador en el IRS (la agencia de impuestos de Estados Unidos) mientras que Christine una enfermera experta en pediatría.
La casa donde residían está avaluada en más de 1 millón de dólares (4.000 millones de pesos colombianos) y, según los vecinos, parecían la pareja americana perfecta: involucrados en actividades comunitarias, tareas de voluntariados y una pequeña hija de cuatro años, que estaba al cuidado de Peres mientras su padres trabajaban.
De sueño a pesadilla
Pero el sueño de la brasilera se tornó en pesadilla una mañana de febrero del año pasado. A eso de las 8 a.m., las autoridades acudieron a la casa tras recibir una llamada de emergencia a través de la línea 911.
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