A cinco años de la muerte de Camilo Sesto, a quien no le bastó el éxito y la fortuna para salvar a su hijo

A cinco años de la muerte de Camilo Sesto, a quien no le bastó el éxito y la fortuna para salvar a su hijo

Camilo Sesto (que alguna vez fue Sexto) en un show del 2004 (Víctor ROJAS / AFP)

 

 

Las mujeres lo amaban. Y lo siguieron amando hasta el día de su muerte, ocurrida el 8 de septiembre de 2019, cuando estaba a punto de cumplir los 73 años. Para entonces, Camilo Sesto estaba muy distinto, sí. Y ya en los últimos shows, se lo había visto con poca fuerza y sin el ángel que solía trasmitir en cada una de sus presentaciones. Pero sus ojos azules de mirada penetrante seguían siendo los mismos. Tan bellos como misteriosos. Y absolutamente magnéticos para sus fans.





Por Nancy Duré | Infobae

“Esta es la historia de un muñequito rubio con nariz de zapatilla que quería ser Joselito, de un muchacho que era el alma de su barrio y el garbanzo negro de su profesor de matemáticas, el solista del coro y portero de su equipo de fútbol, esforzado pintor, el soldado que cantaba a voz en grito los himnos patrióticos ante sus compañeros de batallón, el que se encierra durante días para ir tarareando ante un grabador las notas, una a una, que tiene que tocar cada instrumento en la nueva canción, el que con frecuencia prefiere mordisquear un trozo de hielo para refrescarse a beberse una botella de champán, el hombre que ha ocupado una veintena de domicilios en Madrid, de la calle Humilladero a López de Hoyos, de la Corredera Baja a la Costa Fleming, con patronas como la viuda de un coronel que le contaba sus aventuras y terminó enamorándose de él, hasta que el hombre hubo de huir… La historia de un compositor de canciones con las que cada día se identifican millones de personas, el que bailó como gogó y actuó en chiringuitos infames y también en los hoteles más lujosos de México y en las mejores salas de Los Ángeles o de Tokio…”, había escrito el cantautor en su autobiografía a modo de descripción.

Hijo de un matrimonio formado por Eliseo Blanes Mora, un electricista y Joaquina Cortés Garrigós, una ama de casa, Camilo Blanes Cortés nació el 16 de septiembre de 1946 en Alcoy, Alicante, España. Tuvo una infancia humilde en la que mezcló su pasión por la pintura con el talento por el canto, del que hizo gala en el coro del colegio al que asistía. Hasta que, siendo todavía un adolescente, empezó a dedicarse profesionalmente a la música como líder del grupo pop Los Dayson, con el que recreaba temas de The Beatles y The Bee Gees, entre otros, en fiestas privadas. Fue con ellos que, en 1965 y después de grabar su primer disco, viajó a Madrid para participar del concurso de televisión Salto a la fama donde interpretó Flamenco de Los Brincos.

Para entonces, Camilo ya había empezado a escribir sus propios temas y era evidente que las muchachas, que lo retenían después de cada show para pedirle autógrafos, querían verlo a él y no al resto del grupo.

A la vista de su público, Camilo se mantenía soltero y sin pareja. Y esto dio lugar a todo tipo de especulaciones con respecto a su orientación sexual. Sin embargo, con el tiempo se supo que mantuvo un vínculo durante diez años con su corista, Andrea Bronston, quien hasta habría perdido un embarazo del artista al caerse de una escalera. Ella, según reconoció tiempo después, era consciente de las infidelidades de Sesto y se conformaba solo con que él regresara a la casa. Hasta que un día se desayunó con que había tenido un hijo, Camilín, que había llegado al mundo el 24 de noviembre de 1983, con una mexicana llamada Lourdes Ornelas. ¡Y que quería que todos convivieran en la misma casa!

Camilo Sesto posa con Lourdes y el hijo de ambos.

 

Obviamente, la relación con Bronston se terminó. Y Camilo, que deseaba profundamente ser padre, presentó a su pequeño a los medios. “Hace 14 años ella era fan mía. De fan pasó a ser amiga. De amiga, a íntima amiga. De íntima amiga, a eterna amiga. Y ahora es una persona indispensable en mi vida. Ya tengo a mi hijo y no quiero ocultarlo ni un segundo, no quiero ocultar lo que es mi felicidad”, dijo. Y remarcó que el bebé había sido fruto “del amor”, pero que no tenía ninguna intención de casarse con Lourdes. Los tres vivieron en la mansión de Torrelodones que había adquirido Sesto. Pero, como era de esperar, la pareja no funcionó. Entonces Lourdes volvió a México con el niño y el artista le exigió legalmente la custodia total del hijo.

La fama y el éxito lo acompañaron gracias a temas inolvidables como Vivir así es morir de amor, Melina o Jamás, por mencionar solo algunos. Vendió más de 100 millones de discos y estuvo 52 veces primero en las listas de ventas. Grabó más de 30 discos entre álbumes originales y recopilatorios, registró más de 500 canciones a su nombre, cantó en español, alemán, italiano, portugués y valenciano y compuso temas para Miguel Bosé, Ángela Carrasco, José José, Lucía Méndez y Manolo Otero, entre otros renombrados intérpretes. Pero nunca pudo encontrar la paz en su hogar, ya que su hijo pasó de ser un chico tímido e introvertido que aparecía en un segundo plano en sus entrevistas, a ser un adolescente rebelde que decidió dejar a su padre para irse a vivir con su mamá.

El artista junto a su hijo Camilín en México.

 

La tristeza terminó embargando a Camilo, sobre todo, cuando se enteró de que hijo había comenzado a transitar problemas psicológicos y había caído en las adicciones. De hecho, en la actualidad el muchacho tiene 40 años, se autopercibe como mujer, cambió su nombre por el de Sheila Devil y vive en la casa de 450 metros cuadrados que fuera de su padre.

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