Sometidas a terribles pandillas la pequeña e histórica isla de Haití la tierra del gran Petion – el primero en respaldar los principios de la declaración de los derechos del hombre y de la igualdad social – vive quizás un momento de grandes expectativas por salir de ese drama de sufrimiento.
Y recibe un rayo de luz y de esperanza a través de fuerzas externas muy lejos del continente americano, fuerzas militares de Kenya, supervisadas por las Naciones Unidas, que están ayudando a contener a las pandillas y recobrar la seguridad en la afectada isla caribeña.
Un contingente de 400 soldados kenianos llegó al aeropuerto Taussaint Louverture de Puerto Príncipe para apoyar a la Policía Nacional de Haití y se espera la llegada de 2 mil 500 efectivos y se sumen más tropas de Jamaica y frenar la violencia que ha provocado miles de víctimas y desplazados y buscar encausar al país por los senderos de la democracia.
Haití vive bajo el yugo del terror de las armas, el narcotráfico, la extorsión y de todo lo que significan esos grupos al margen de la ley que imponen sus reglas a ciudadanos indefensos.
Desde el magnicidio del presidente Jovenel Moisés en 2021 la situación de esta isla del caribe es cada día peor.
El primer ministro de Haití, Ariel Henry anunció su renuncia en medio de una escalada de violencia sin precedentes.
Es tan grave la situación de inestabilidad que ha impedido el regreso del mismo primer ministro Henry varado en Puerto Rico tras un viaje a Kenya.
Un informe publicado por las Naciones Unidas durante el segundo trimestre de este año al menos mil 379 personas fueron víctimas de la violencia de las bandas armadas de Haití elevando a casi 3 mil 900 las víctimas.
Según un informe de la ONU se señala un aumento de la violencia sexual y de género contra mujeres y niñas, que sufren los ataques de grupo de jóvenes armados “y tras ser violadas, algunas de ellas morían tiroteadas”.
Además, -según el mismo informe- “niños sospechosos de haber cometido delitos menores fueron linchados por miembros de la misma comunidad, de modo que no solo son las bandas, sino también los grupos de autodefensas de las mismas comunidades que utilizan cada vez más a los niños para cometer actividades delictivas” reveló la ONU.
De manera irónica el lider pandillero, Jimmy “Barbecue” Chérizier se declara un revolucionario “protector de la niñez” atrayendo a los niños a las bandas armadas bajo la promesa de un plato de comida al día, refirió un informe de la organización de los derechos humanos de Haití Pass Blue.
Está situación insostenible y generalizada provocada por la violencia de las pandillas ha limitado dramáticamente el abastecimiento de agua, alimentos y medicamentos lo que ha convertido la crisis haitiana en un drama humanitario que estremece a la comunidad internacional.
Señalan organismos internacionales de los derechos humanos que las pandillas ofrecen acceso a los recursos básicos codiciados por todos además les garantizan estatus y les brindan “la ilusión de seguridad” a muchos niños que están separados de sus familias por la atmósfera de violencia que se vive en todo el país.
El descontento social, junto a la miseria abonaron el terreno para el avance de la delincuencia y de los grupos armados.
Haití comparte frontera con República Dominicana y sin embargo, está mas desconectado del mundo lo que hace más dramática la situación.
La comunidad internacional trabaja para detener está crisis humanitaria convertida en barbarie.
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