Las agresiones sufridas por Gisèle Pelicot durante cerca de una década han conmocionado a Francia y al mundo entero. Los tribunales de Aviñón (sur) dieron comienzo al proceso judicial el pasado 2 de septiembre por los crímenes cometidos por Dominique Pelicot, de 71 años, y otros cincuenta acusados, de entre 26 y 74 años, que abusaron de la mujer mientras ella se encontraba inconsciente. A petición de la víctima, las vistas son públicas, pues quiere que se conozcan todos los detalles y que la vergüenza “cambie de bando”.
Por infobae.com
Entre los años 2011 y 2020, Dominique Pelicot administró dosis fuertes de ansiolíticos a su mujer sin ella saberlo. Ofrecía después su cuerpo a decenas de desconocidos para que practicasen todo tipo de actos sexuales con ella, mientras se encontraba inconsciente. El ahora exmarido grabó todos estos encuentros y los almacenó en una carpeta titulada “abusos”, donde los investigadores han encontrado cientos de vídeos, algunos de hasta seis horas de duración.
Todo ello lo organizaba a partir de Coco.gg, un sitio web para chatear entre personas sobre diversos temas. Su creación data del año 2003 y desde entonces la plataforma ha estado dedicada a la difusión de todo tipo de ilegalidades, desde la pornografía infantil al asesinato. Los expertos informáticos del caso Mazan lo tienen claro: “Es un 30% drogas y un 70% sexo”.
Chats privados en los que organizar los encuentros
Para todos los implicados, Dominique Pelicot era como un “jefe de orquesta” que mandaba cuándo, cómo y quién visitaría su domicilio para abusar de su mujer. Toda esta organización se llevaba a cabo en la plataforma Coco.gg. Durante la jornada del martes, un experto informático subió al estrado y, a raíz de las preguntas formuladas por los abogados, arrojó luz sobre la forma de actuar del acusado principal.
Los usuarios aparecen distinguidos por colores: azul para chico, rosa para chica y negro para las personas neutras. El rosa también era usado para parejas y homosexuales. Según narró el experto, cualquiera puede escribir el Coco el pseudónimo que desee y empezar a navegar. Todo lo que se publicaba en ella era visible, salvo que se creen chats privados, que fue lo que hizo el señor Pelicot.
Estos chats solo pueden ser creados por miembros VIP, lo que tenía un coste de “unos cuatro euros de media al mes”. Una vez instaurados, el resto de usuarios tan solo necesita la clave para acceder, aunque no es muy complicada de obtener: en el 90% de los casos, coinciden con el nombre del propio chat. Cuantos más mensajes y visitas, más visible es el chat creado. El experto informático aseguró que Dominique Pelicot fue expulsado en diversas ocasiones de la plataforma.
Los contactos con los hombres siempre comenzaban en esta plataforma. Según los investigadores policiales, una vez realizada una primera conversación, era normal que migrasen a Skype, donde encontraban mayor privacidad para organizar los encuentros. Tras cada uso de Coco.gg, Dominique eliminaba su historial con una aplicación específica, lo que le permitía proteger su vida privada, afirmaron los expertos.
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