Centenares de mujeres indígenas se salvaron de malvado plan de abuso sexual en Colombia

Centenares de mujeres indígenas se salvaron de malvado plan de abuso sexual en Colombia

Mujeres y niños indígenas se encontraban en peligro en Bogotá. Foto: REVISTA SEMANA
Mujeres y niños indígenas se encontraban en peligro en Bogotá. Foto: REVISTA SEMANA

 

En el centro La Rioja de Bogotá, dicen los indígenas, no hay líderes, sino cabecillas de una red que explota a mujeres y niños por medio de la mendicidad. Las que se atrevieron a denunciar terminaron secuestradas y con la amenaza de una violación en masa en el mismo espacio que dispuso el Distrito como hogar de paso para indígenas desplazados.

Por Semana





El 8 de septiembre de 2023, 170 mujeres y niños de la comunidad embera chamí fueron amenazados, secuestrados y sometidos a lo que sería una violación en masa por otra comunidad indígena, también alojados en La Rioja: los embera katío. “Casi nos violan, nos secuestran, hicieron un cierre de un salón por dos días”, dijo Luz Mery Queragama, líder de las mujeres y niños que terminaron desplazados por las amenazas.

Fue gracias a la intervención de la Defensoría del Pueblo y las promesas del Gobierno que se logró el rescate de las mujeres y niños embera chamí. Con los indígenas en libertad, buscaron un espacio para alojarlos. El Ministerio del Interior acudió a la fundación Predicadores de la Misericordia y arrancaron las promesas que nunca se cumplieron.

El padre Michael Daniel Cuevas, cabeza de la fundación, no pudo negarse a la solicitud y buscó el espacio. Las mujeres y niños tenían un hogar temporal en el centro de Bogotá, en el segundo piso de una casa que también brindaba alojamiento y baño a habitantes de calle. Los delegados del Gobierno aseguraron que sería por ocho días y han pasado 365.

La promesa incluyó un aporte económico de 8 millones de pesos. Lo hicieron en dos contados para cubrir las necesidades básicas de los 170 mujeres y niños embera chamí. Sin embargo, no volvieron a aparecer o contestar las llamadas. El padre, la fundación y los indígenas fueron olvidados por el Estado.

“Desde mi labor como sacerdote, como evangelizador, hoy me siento abandonado, casi en la calle. No hemos podido garantizar lo que merecen los indígenas porque no hemos tenido ningún apoyo”, dijo el padre Michael mientras hace plegarias por la ayuda que requieren.

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