Ni perros, ni gatos: la situación real de los migrantes haitianos en EEUU

Ni perros, ni gatos: la situación real de los migrantes haitianos en EEUU

Familias haitianas con madres embarazadas despiertan después de dormir una noche junto a un campo de coliflores el 8 de diciembre de 2021 en Yuma, Arizona. JOHN MOORE (AFP)

 

El delirio esta vez es si los haitianos comen o no comen mascotas. Bastó con que Donald Trump lanzara el anzuelo en el debate del martes ante una audiencia de más de 67 millones de personas para que corrieran los analistas a hacer fact checking; para que se apuraran los medios a llamar a los autoridades de Springfield para que confirmaran o no los hechos; para que la Inteligencia Artificial generara en segundos imágenes revictimizantes de haitianos corriendo tras un Trump con gatos bajo los brazos; para que los republicanos crédulos redoblaran la protección de sus mascotas consentidas y para que se crearan memes que muestran a los haitianos -y por extensión a todos los emigrantes- como gente capaz de cualquier cosa. Detrás de todo el ruido, casi nadie habla de que los haitianos encabezan la lista de personas desplazadas en todo el mundo y que desde 2010 más de medio millón han abandonado su país.

Por El País

Trump le estampó una risa trágica al tema de la emigración en el debate presidencial. Aseguró que en Springfield, una pequeña ciudad que ha acogido a casi 20.000 inmigrantes en los últimos cuatro años, muchos de ellos haitianos, “la gente que ha llegado se está comiendo a los gatos, se está comiendo a los perros, se está comiendo a las mascotas de la gente que vive allí”. Ya J. D. Vance, el compañero de fórmula del expresidente, había acusado de lo mismo a los inmigrantes para atacar a Kamala Harris y la política que ha sostenido la Administración Biden en la frontera sur. El republicano preguntó públicamente: “¿Dónde está nuestro zar de fronteras ahora que personas que no deberían estar en este país han secuestrado y devorado mascotas?”.

El Gobierno de Haití, tras las declaraciones, condenó los “comentarios discriminatorios” del candidato republicano y otros miembros de su partido, e insistió en que “desgraciadamente, no es la primera vez que compatriotas en el extranjero son víctimas de campañas de desinformación, estigmatización y deshumanización al servicio de intereses políticos electorales”. El comunicado destaca que dichos comentarios no solo “atentan contra la dignidad” de las personas, sino que “pueden poner en peligro sus vidas”.

Las organizaciones llevan tiempo pidiendo a Estados Unidos que ponga fin al trato racista a la población haitiana solicitante de asilo. Un informe de Amnistía Internacional del pasado año asegura que los emigrantes haitianos sufren particularmente el racismo, la xenofobia y la violencia sistemática. Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, dijo entonces que “las políticas migratorias y de asilo racistas no hacen sino exacerbar los daños” a estas personas.

Hoy las cifras apuntan a que una sexta parte de los haitianos vive fuera de su país. En 2023, la diáspora haitiana en Estados Unidos sumaba más de 731.000 personas, la quinta población más numerosa nacida en el extranjero, que representa el 16% de los 4,6 millones de inmigrantes caribeños, el mayor número después de los cubanos, los dominicanos y los jamaicanos.

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