Suplantó a su amigo en Tinder por una broma y fue multado por miles de dólares

Suplantó a su amigo en Tinder por una broma y fue multado por miles de dólares

La aplicación de citas Tinder se muestra en un teléfono inteligente, el 26 de febrero de 2018 en Berlín, Alemania, en esta ilustración fotográfica. (Thomas Trutschel/Photothek vía Getty Images)

 

Lo que comenzó como una “broma inofensiva” entre antiguos amigos terminó en los tribunales. En Logroño, al norte de España, un hombre fue condenado a pagar 3.000 euros más intereses por suplantar la identidad de un amigo en Tinder, la aplicación de citas.

Por Infobae





La justicia determinó que esta acción no solo constituyó una intromisión ilegítima en el honor, la intimidad y la propia imagen de la víctima, sino que también tuvo graves repercusiones personales para el afectado, quien no fue consciente de lo que estaba ocurriendo hasta que su vida personal comenzó a tambalearse.

Así fue como un hombre suplantó la identidad de un amigo en Tinder

La historia comienza cuando el demandado, cuyo nombre no ha sido revelado, decidió acceder al perfil de Facebook de su excompañero de universidad. A partir de ahí, descargó varias fotos y utilizó el nombre completo de la víctima para crear un perfil falso en Tinder. Durante varios meses, el acusado mantuvo conversaciones con al menos cuarenta personas a través de esta cuenta, haciendo creer a sus interlocutores que estaban hablando con el verdadero dueño de las imágenes.

Lo que en un principio podría haber parecido una broma sin mayores repercusiones, pronto se convirtió en una pesadilla para la víctima. La persona afectada descubrió que alguien estaba utilizando su identidad en una aplicación de citas, lo que generó confusión problemas en su vida personal, incluyendo dificultades en su relación de pareja. Estas repercusiones emocionales y sociales llevaron al afectado a llevar el caso ante los tribunales, exigiendo justicia por los daños ocasionados.

Cuando el caso llegó al Juzgado de Primera Instancia de Logroño, el acusado intentó defenderse argumentando que no había cometido ninguna ilegalidad. Según declaró, las fotos que utilizó para crear el perfil falso en Tinder eran de acceso público, pues estaban en Facebook y podían ser vistas por al menos 859 personas. Por tanto, consideraba que no había violado la privacidad de su amigo, ya que estas imágenes eran accesibles para cualquiera que quisiera verlas. Además, insistió en que todo había sido una simple broma sin intención de causar daño alguno.

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