El Ejército israelí está evaluando la situación tras la explosión de cientos de dispositivos buscapersonas del grupo chií Hizbulá en Líbano, pero de momento no hay cambios en las directrices militares, dijeron las fuerzas armadas israelíes en un comunicado.
“En este punto no hay cambios en las directrices del Comando del Frente Interior. Se debe mantener la vigilancia, y cualquier cambio en la política se anunciará de inmediato”, se lee en un comunicado castrense, que no menciona directamente Líbano ni al grupo chií.
El escrito añade que el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, mantuvo hoy una “evaluación de la situación” junto a la cúpula militar, con “un énfasis en la preparación para el ataque y la defensa en todas las arenas”.
Es la primera reacción israelí a los sucesos de este martes en Líbano, que las autoridades libanesas y el grupo chií, aliado de Irán, han atribuido a un ataque de Israel.
Es habitual que las autoridades israelíes mantengan una política de ambiguo silencio cuando se producen incidentes de este tipo. El país nunca ha llegado a reconocer el asesinato en Teherán del entonces líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque a finales de julio que Irán atribuye a Israel.
El grupo islamista palestino, enfrascado en una devastadora guerra con Israel en la Franja de Gaza, condenó la noche del martes lo que calificó de “agresión terrorista sionista” contra el Líbano y destacó que el presunto ataque no diferenció entre civiles y combatientes.
“Apreciamos la lucha y los sacrificios de nuestros hermanos de Hizbulá y su insistencia en mantener el apoyo a nuestro pueblo palestino en Gaza”, dijo el grupo en un comunicado.
Israel lleva enzarzado en un intenso intercambio de fuego con el grupo libanés desde el 8 de octubre, cuando Hizbulá empezó a lanzar ataques en solidaridad con las milicias palestinas de la Franja de Gaza.
El martes pasado, Yoav Gallant, el ministro de Defensa, dijo que con sus “misiones” en Gaza casi cumplidas, el foco de Israel se está trasladando ahora a la frontera con Líbano, donde el constante fuego cruzado con Hizbulá ha obligado a unas 60.000 personas a vivir evacuadas en hoteles o casas de familiares por todo el país.
En estos once meses de intercambio de fuego, más de 650 personas han muerto a ambos lados de la frontera, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, que ha confirmado unas 400 bajas, algunas también en Siria.
En Israel han muerto 50 personas en el norte: 24 militares y 26 civiles, incluidos 12 menores en un ataque en los Altos del Golán sirios ocupados.
EFE