Ministerio de Salud informó este 18 de septiembre, que han registrado la muerte de 14 personas y agregó que 450 resultaron heridas en Líbano, debido a las explosiones de walkie-talkies.
Las explosiones atribuidas por Hezbolá a Israel, dejaron 26 muertos y más de 3.200 heridos, de acuerdo con balances oficiales libaneses.
Una fuente cercana a Hezbolá indicó que varios aparatos de comunicación “explotaron en el suburbio del sur de Beirut”, uno de sus bastiones, en tanto que medios de comunicación estatales informaron de explosiones en el sur y el este del país.
Imágenes de AFPTV mostraron a personas corriendo para ponerse a salvo tras una explosión durante el funeral de cuatro milicianos de Hezbolá fallecidos en la primera ola de estallidos de aparatos de comunicación en el suburbio de Beirut.
Un responsable libanés de seguridad indicó que, según una investigación preliminar, los bíperes “estaban preprogramados para estallar y contenían materiales explosivos colocados junto a la batería”.
Los bíperes, también llamados buscapersonas, son aparatos de mensajería y localización de pequeño tamaño que no necesitan tarjeta SIM ni conexión a internet.
En el hospital Hôtel-Dieu de Beirut, la socorrista Joelle Khadra relató que la mayoría de los heridos tenían lesiones en los ojos y en las manos, con amputaciones de dedos, y que algunos perdieron la vista.
El mayor golpe contra Hezbolá
Los ataques asestaron un duro revés al Hezbolá, ya preocupado por la seguridad de sus comunicaciones, después de haber perdido a varios comandantes en ataques aéreos selectivos en los últimos meses.
Según una fuente cercana al movimiento libanés, se trata del “mayor golpe jamás asestado a la formación” por parte de Israel.
Desde que comenzó la guerra en Gaza, la frontera con el Líbano se ha convertido en escenario de duelos de artillería casi diarios entre el ejército israelí y Hezbolá, que provocaron el desplazamiento de decenas de millas de civiles en ambos países.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, declaró que el ataque del martes se produjo en un “momento extremadamente inestable” y demostró “inaceptable” su impacto en la población civil.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que los “objetos civiles” no deberían ser transformados en armas.
El conflicto en Gaza fue desencadenado por la letal incursión de comandos de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, que provocó la muerte de 1.205 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales israelíes.
De los 251 secuestrados durante la incursión islamista, 97 siguen cautivos en Gaza, aunque 33 de ellos fueron declarados muertos por el ejército israelí.
Los bombardeos y operaciones terrestres israelíes destruyeron el territorio palestino y provocaron la muerte de al menos 41.272 palestinos, según datos del Ministerio de Salud del territorio gobernado por Hamás, que la ONU considera confiables.
AFP