José Gato Briceño: La recompensa tiene nombre, Erick Dean Prince

José Gato Briceño: La recompensa tiene nombre, Erick Dean Prince

José “Gato” Briceño @josegbricenot

La lucha por la libertad y la justicia en Venezuela ha llegado a un punto crucial. La reciente y creciente condena internacional hacia el régimen narcoterrorista y el reconocimiento de líderes democráticos han renovado la esperanza de un cambio. En este contexto, surge una oportunidad decisiva para acabar con la tiranía, aquella recompensa ofrecida desde el año 2020 por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica por la captura de Maduro y algunos de sus peores secuaces, está siendo mejorada y es significativamente atractiva para aquellos que quieran ganarla y así contribuir a la captura para dar lugar posteriormente a la rendición de cuentas de los responsables de los crímenes cometidos en Venezuela.

La oferta, busca facilitar los primeros pasos para acabar con la impunidad y restaurar la justicia en el país. Es definitivamente un llamado a la acción para aquellos que están dispuestos a tomar medidas contra los responsables de la violencia, la corrupción y la opresión que han azotado a Venezuela durante años.

Es el momento estelar en el que la comunidad internacional está unida en su condena al régimen y en su apoyo a la lucha por la libertad y la democracia en Venezuela.





Esta semana se han activado todos los frentes habidos y por haber para lograr la libertad de nuestra amada patria. El día martes la Misión de Establecimiento de los Hechos, creada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para documentar las graves violaciones que ocurren en Venezuela, emitió un contundente y lapidario pronunciamiento que no se había visto en los últimos 25 años en contra de la narcotiranía. Eso le ha dado un gran impulso y soporte a las investigaciones ante la Corte Penal Internacional. Seguidamente en el área institucional y diplomática, la Cámara de Diputados de Colombia aprobó la resolución en donde se reconoce a Edmundo González Urrutia como presidente electo, también lo hicieron el Senado Español y el congreso de República Dominicana, se cerró con broche de oro con el Parlamento Europeo y el parlamento de Costa Rica a quienes agradezco su solidaridad. Todos esos reconocimientos son pasos muy importantes para seguir avanzando.

Entre telones tenemos la aparición de Erik Dean Prince, un empresario y exmilitar estadounidense, quien se alistó como oficial en la Armada de los EE. UU. en 1992. De allí pasó a ser miembro del comando SEAL, y fue enviado con el Team 8 a Haití, el Medio Oriente y los Balcanes. Prince atribuye al comando SEAL ser el origen de su espíritu emprendedor en el área de defensa. De igual forma

Prince formó parte de una fuerza especial de la CIA creada con el fin de asesinar terroristas, se dice que el Comité de Inteligencia del Congreso de los EE. UU. filtró su nombre a la prensa.

Mi reflexión y análisis me hace pensar que, sabiendo que Venezuela está secuestrada por una organización narcoterrorista, solicitados por la justicia internacional con su respectiva recompensa, es importante recordarles a mis lectores que hay suficientes motivos, entre ellos: les han entregado a la guerrilla colombiana varios estados del país para que hagan extorsiones, secuestren, asesinen con gran impunidad, les regalan al narcorégimen cubano 100.000 barriles diarios y ellos los revenden, destruyeron todas las empresas básicas de Guayana, el parque industrial del país, conllevando a la pobreza al 90 % de la población, destruyeron a PDVSA y sus seis (6) refinerias teniendo nosotros las reservas más grande del mundo de petróleo, pero los venezolanos dejan su vida en largas colas para abastecerse de gasolina; eso sí en Cuba no falta jamás su dosis chupasangre, los hospitales fueron arrasados y nada funciona, todo está destruído, el pueblo tiene que llevar hasta las inyectadoras, logrando la emigración más grande del mundo con casi 9 millones de desplazados, se robaron descaradamente todas las riquezas de la nación, dejamos de ser un país para convertirnos en una simple provincia de una islita que lo único que produce es miseria humana (Cuba) y para rematar se burlaron de la voluntad popular el pasado 28 de julio, convirtiéndose en el fraude más descarado de lo que va de siglo en todo el mundo, con la anuencia de los militares que fueron los mejores testigos presenciales de dicho robo, cientos de oficiales presenciaron la totalización de los resultados a viva voz en las puertas de las escuelas y hoy están en silencio, puedo llenar páginas de tanta calamidad creada y multiplicada por los bichos infrahumanos del PSUV, herederos del traidor mayor, hoy felizmente difunto. Los venezolanos que amamos a nuestra patria no tendríamos sangre en nuestras venas para no apoyar a un Erik Dean Prince o a cualquiera que quiera asumir esa tarea y ganarse la recompensa, con una acción muy puntual y precisa para capturar a esas sabandijas, que no genere muertes inocentes, como la que ellos quieren hacer ver que se atacaría a la población civil, eso está totalmente descartado por las grandes avances tecnológicos que tendrían mucha precisión, o sea, en contra de los terroristas secuestradores, Maduro, Diosdado y sus 40 incondicionales.

Como venezolano que añoro volver a mi patria, apoyo con mis dos manos y todo lo que esté a mi alcance para tumbar de cualquier forma a esos crueles criminales como ya lo confirmó una institución de mayor credibilidad en el mundo, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que develó con contundentes pruebas, los crueles y cobardes procedimientos de torturas y asesinatos ejecutados por ellos.

Señores, no estamos peleando con personas que tienen principios democráticos, sino con alimañas movidas por el afán de seguir exprimiendo nuestras riquezas y oprimiendo al más necesitado para permanecer por los siglos de los siglos secuestrando a nuestro país, hay qué utilizar todas las estrategias, armas y movimientos tácticos para desterrarlos, tal cual como ellos lo están haciendo, no han escatimado en asesinatos, torturas, injurias, desatinos legales y cualquier argucia para seguir allí; entonces por qué vamos a ser condescendientes, ¡ hasta cuándo !.

Yo sigo de frente contra ellos sin un segundo de pausa y con lo único que me queda MI PLUMA Y MI PALABRA

José Gregorio Briceño Torrealba

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