Los cosmonautas y el astronauta regresaron de la estación a bordo de la nave espacial Soyuz MS-25, que se desacopló de la Estación Espacial Internacional, y aterrizó al sureste de la ciudad kazaja de Zhezkazgan. Dos de ellos completaron una estadía récord en el laboratorio orbital.
Los rescatistas se dirigieron al lugar de aterrizaje para ayudar a los miembros de la tripulación a salir del vehículo de descenso.
Se espera que la cápsula que transporta a los rusos Oleg Kononenko y Nikolai Chub y la estadounidense Tracy Dyson aterrice en la vasta estepa de Kazajistán aproximadamente tres horas y media después del desacoplamiento.
Kononenko y Chub despegaron hacia la estación espacial el 15 de septiembre de 2023 y el viernes establecieron el récord de la misión continua más larga en la ISS. Batieron el récord anterior de 370 días, 21 horas y 22 minutos, establecido en septiembre de 2023 por los rusos Sergei Prokopiev y Dmitry Petelin y el estadounidense Francisco Rubio.
Dyson, en su tercera misión al espacio exterior, pasó seis meses a bordo.
Kononenko, de 59 años, ostenta otros récords de permanencia en el espacio, entre ellos el de mayor tiempo acumulado en el espacio: 1.110 días a lo largo de cinco misiones cuando aterrice en Kazajistán la próxima semana.
Ocho astronautas permanecen en la estación espacial, incluidos los estadounidenses Butch Wilmore y Sunita Williams, quienes permanecieron allí mucho después de su regreso programado a la Tierra.
El 5 de junio último, los astronautas Wilmore y Williams de la NASA fueron lanzados al espacio a bordo de la flamante cápsula Starliner de Boeing. El viaje, que debía durar 8 días, ya lleva más de tres meses debido a fallas en la nueva nave espacial del gigante aeronáutico estadounidense.
Ese vuelo debía probar que, tras más de 10 años de diseño y desarrollo, y dos vuelos no tripulados previos, la Starliner era capaz de llevar a dos astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI) y traerlos de forma segura a casa. Pero esta travesía no salió como se había planeado.
Ya antes de atracar en el puerto espacial a 400 kilómetros de distancia el 6 de junio, la cápsula experimentó problemas en su sistema de propulsión, cuando 5 de sus 28 propulsores fallaron. Una vez conectada a la estación, se produjeron distintas fugas y más fallos en los propulsores que, tras semanas de revisión, no pudieron ser reparados.
Conscientes de que una vez en su historia espacial, y no hace mucho tiempo, la NASA cometió dos errores graves que le costaron la vida a 7 de sus astronautas, sus directivos no quisieron repetir las tragedias de los transbordadores espaciales Challenger de 1986 y Columbia en 2003. El 6 de septiembre último, decidieron que la Starliner regresara a Tierra sin tripulación. Mientras que Butch y Sunni regresarán a la Tierra en una cápsula Dragon de la empresa SpaceX, competencia de Boeing.
Con información de AP