Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez es la segunda parte de la antología de asesinos que Ryan Murphy comenzó con sus series sobre Jeffrey Dahmer, y en esta habla de dos hermanos que fueron encontrados culpables de asesinar a sus padres.
Por GQ
El 20 de agosto de 1989, los hermanos Lyle y Erik Menéndez llamaron a la policía para reportar que sus padres, José y Kitty Menéndez (que en la serie son interpretados por Javier Bardem y Chloë Sevigny), habían sido asesinados. La pareja fue encontrada en su casa en Beverly Hills y presentaban 15 heridas de bala y señales de que alguien los había atacado.
Originalmente, se pensaba que la familia había sido atacada por algún extraño que quería robarles o que incluso podría tratarse de alguna venganza o ajuste de cuentas debido a que se rumoraba que José Menéndez tenía nexos con el crimen organizado, pero no se encontró nada que confirmara estas teorías y todo empezó a cambiar rápidamente.
Poco después del asesinato, los hermanos comenzaron a gastar la fortuna de sus padres de forma descontrolada, comprando coches de lujo, pagando vacaciones exóticas y en relojes caros, y la policía comenzó a pensar que no se comportaban como víctimas o como personas que estuvieran pasando por un duelo.
Eventualmente, se descubrió que los hermanos Menéndez habían sido los asesinos y que fueron ellos mismos quienes le dispararon a sus padres en su casa, para después llamar a las autoridades y desviar la atención de ellos.
¿De cuánto era la herencia que los hermanos Lyle y Erik Menéndez recibirían y qué pasó con ella?
Lyle y Erik Menéndez fueron acusados del asesinato y llevados a juicio, donde dijeron que asesinaron a sus padres porque, durante años, sufrieron abusos físicos, psicológicos y sexuales por parte de su padre, y que su mamá nunca los defendió o hizo algo para ayudarlos.
Pero, debido a los gastos y a la manera en la que se comportaron después del crimen, se propuso la teoría de que los hermanos habían cometido el asesinato para quedarse con la herencia millonaria de sus padres, y por eso comenzaron a gastarla tan pronto como tuvieron control de ese dinero.
De acuerdo con el periódico Los Angeles Times, la herencia de los hermanos Menéndez en los años 80 era de 14.5 millones de dólares (proveniente de acciones y de las propiedades de la familia), pero, después del escándalo y de ser llevados a juicio y condenado por asesinato, esa herencia comenzó a desaparecer rápidamente y llegó al punto en el que no quedó casi nada de ella.
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