Pese a que Delcy Eloína Rodríguez en los últimos tiempos se dedique a intercambiar amenazas con el fundador del grupo mercenario Blackwater, hubo un tiempo, no tan lejano, en el que la mano derecha de Nicolás Maduro conversó frente a frente con Erik Dean Prince durante una cena privada en Caracas.
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A finales del congestionado año 2019, cuando la legitimidad del chavismo era cuestionada por Juan Guaidó, Prince viajó a la capital venezolana tras recibir una invitación de la funcionaria del Palacio de Miraflores. Previamente, el exmilitar estadounidense había alertado sobre el encuentro a altos funcionarios de la pasada administración de Donald Trump.
Un detalle resaltante fue que la cena se produjo en la propia residencia de Rodríguez, un apartamento en Caracas, y no en alguna oficina del Estado venezolano.
Según comentó en una nota Joshua Goodman, corresponsal de The Associated Press, fuentes familiarizadas con el asunto indicaron que la conversación se centró en la liberación de los seis exdirectivos de Citgo, filial de Pdvsa en Estados Unidos, que se mantenían por aquel entonces detenidos arbitrariamente en calabozos de El Helicoide, sede del Sebin. Sin embargo, otra fuente de Goodman negó que el diálogo entre Prince y Rodríguez incluyera ese tema. Sin embargo, Elliott Abrams, antiguo enviado especial de EEUU para Venezuela, negó que la visita de Prince contara con el beneplácito de Trump.
Por su parte, en una publicación en YouTube publicada a mediados de este año por el periodista Casto Ocando, la Casa Blanca había accedido a la petición de Rodríguez en 2019 para enviar a dos personas de su confianza: el diplomático Richard Grenell, entonces director encargado de Inteligencia de EEUU, y Prince, por supuesto.
Según fuentes de Ocando, la reunión de Rodríguez y Prince “no tenía nada que ver con la crisis venezolana, sino con algo de más interés personal para Delcy: la búsqueda de operadores internacionales para explotar las concesiones mineras bajo control de los hermanos Rodríguez”, incluido Jorge, quien encabeza hoy el Palacio Federal Legislativo.
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De vuelta a la congestionada crisis poselectoral de estos días, Prince ha emprendido una campaña en redes sociales, denominada “Ya Casi Venezuela”, para supuestamente reunir fondos que permitan efectuar la captura de Maduro y parte de su séquito chavista por medio del envío de mercenarios a Venezuela.
Pese a fundar Blackwater, Prince dejó la gerencia general en 2009 y vendió poco después sus acciones, mientras la empresa pasó a llamarse Academi para seguir siendo la contratista militar privada más importante en Norteamérica.
Por su parte, la principal funcionaria de Miraflores contestó: “Apareció nada más y nada menos que el señor Elon Musk, líder del fascismo internacional, apareció a amenazar a Venezuela, a amenazar al presidente Nicolás Maduro y, junto a él, un mercenario, un perro de la guerra como Erik Prince, ya se quitaron las máscaras”.
En opinión de Rodríguez, emitida durante el pasado Congreso Mundial contra el Fascismo en el Centro de Convenciones de La Carlota, “es impostergable para el capitalismo desarrollar y resolver el tema Venezuela. Por eso pusieron sus caras y aquí lo que le dio el pueblo venezolano fue una contundente lección, una derrota, y salieron cabizbajos, Elon Musk, Eric Prince, y el fascismo internacional, que se vinieron con todo su odio durante esos días”.
Todo parece indicar que, pase lo que pase, Delcy no volverá a invitar a Erik a comer hallacas un diciembre en su casa.