El papa Francisco viaja al corazón de una Europa secularizada y bajo el escándalo de los abusos

El papa Francisco viaja al corazón de una Europa secularizada y bajo el escándalo de los abusos


El papa Francisco viaja desde este jueves y hasta el domingo a Luxemburgo y Bélgica, una visita al corazón de una Europa cada vez más secularizada y marcada por el escándalo de los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia belga.

Después de su reciente periplo por Asia, donde crece el número de fieles y las multitudes salieron a su paso por las carreteras, Francisco viaja a una Europa donde cada año hay menos vocaciones y baja el número de bautizados.

El viaje comenzará con una visita de unas 8 horas a Luxemburgo, uno de los países más ricos del mundo, y luego se trasladará a Bélgica, donde según el último informe anual (2022) de la Iglesia belga, la asistencia a misa los domingos es un 40 % menor que en 2017 y sólo cerca del 8 % de los fieles va a misa, mientras que los bautismos, las confirmaciones y los matrimonios también están en caída constante.

Llamamientos a la paz y a la acogida de migrantes en el corazón de Europa

Por ello, en su visita a la Universidad católica de Lovaina, que cumple 600 años de su fundación y es el principal motivo del viaje, se destacará “la importancia de la educación” y “lo que el cristianismo puede aportar a los europeos” en un momento de creciente secularización.

La última vez que un papa visitó Bélgica fue hace casi 40 años. Juan Pablo II realizó dos viajes a Bélgica, en 1985 y 1995, mientras que será la primera visita de un pontífice al pequeño Luxemburgo.

Aunque no habrá ningún acto en las instituciones europeas, pues el Vaticano recuerda que Francisco ya estuvo en Estrasburgo en 2014 para una visita al Parlamento Europeo, el papa aprovechará la ocasión para “hablar de la vocación de construir la paz de Europa” ante la situación actual de conflictos “en los que el continente corre el riesgo de ser arrastrado”, según adelantó el portavoz, Matteo Bruni.

Pero también será una ocasión para poner el foco en Europa ante la acogida a los migrantes y se reunirá con un grupo de ellos en la universidad católica de Lovaina.

Una reunión con víctimas “para limpiar la imagen” de la Iglesia

Aunque el Vaticano no ha querido confirmarlo, Francisco se reunirá en su paso por Bélgica con un grupo de 15 víctimas de abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia, que sin embargo no deja satisfechos a los afectados, y de hecho uno de ellos decidió renunciar.

El pasado mes de marzo, el Vaticano expulsó del sacerdocio al exobispo de Brujas Roger Vangheluwe, 14 años después de haber sido retirado de su cargo tras admitir que había abusado de sus sobrinos.

“Una reunión para salvar la imagen del papa y de los obispos que no valdrá para nada”, asegura a EFE el sacerdote flamenco jubilado Rik Devillé, fundador del comité «Mensenrechten in de Kerk» (Derechos Humanos en la Iglesia) y autor de un libro de testimonios de víctimas que inspiró el documental “Godvergeten”, emitido el año pasado y que volvió a poner en el centro de la opinión pública el drama de los abusos.

“El papa conoce todos estos expedientes desde hace mucho tiempo y el encuentro con 15 (entre más de 1.900 víctimas) sólo tiene un significado simbólico para mejorar la imagen del papa y de los obispos que defender”, explica Devillè.

Y agrega: “El papa ha declarado varias veces que encuentra abominable este abuso…. Sus palabras son hermosas, pero muchos de los sacerdotes pederastas permanecen al servicio de la iglesia, aunque más secretamente, sin ser cargos públicos. Lo que me hace concluir que el problema persiste”.

Este sacerdote que lleva años luchando por las víctimas de abusos sólo espera que, después de esta visita, el papa y la Iglesia “ejecuten y apliquen lo que tan bellamente han formulado como leyes”, dice a EFE, al asegurar que “los obispos belgas también han elaborado informes… con los que sólo quieren demostrar que están tomando medidas sobre el problema”.

“Nuestra afirmación es: no hay reconciliación sin verdad, sin la verdad no hay recuperación posible”, concluye. EFE

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