“Este período académico inicia con condiciones mucho peores que los anteriores. Hay universitarios injustamente presos, cuando la universidad y la educación enseñan obligatoriamente al disenso, a ser críticos, a adversar el poder. Los universitarios, profesores, estudiantes, egresados, deben ser liberados. Al igual que todos los presos políticos. No pueden ser objeto de canjes o cosas por el estilo, como si fueran prisioneros de una guerra que solo está en la mente de quienes se aferran al poder”.
“La situación universitaria y de la educación en Venezuela se agrava cada día, esos que no pueden llamarse sueldos no bastan para comer los profesores, los maestros y sus familias. La desprotección social se afianza sin respuestas, los presupuestos no existen para atender mínimamente lo indispensable en cada institución y las elecciones universitarias parecen cada día más lejanas, a pesar de la urgente necesidad de renovación de las autoridades. No basta con que un ministro se saque fotos y otro ofrezca más engaños. La educación en Venezuela se encuentra en un estado deplorable, en la abulia casi absoluta, en la depauperación más destructiva”.
“De este modo, con el proceso educativo así, sin atención a los derechos humanos de la educación, del trabajo, de la protección social, es muy difícil hablar de diálogo, de transición, de la paz y la armonía que resultan indispensables para superar las inmensas dificultades que atraviesa el país por imposiciones ilogicas desde el poder”.