El pasado sábado por la noche en South Mason Road, cerca de Katy, la diáspora venezolana estaba en plena exhibición.
Varios propietarios de puestos de comida venezolanos se instalaron en un estacionamiento, exhibiendo con orgullo la bandera de su país y tocando salsa a todo volumen para los cientos de personas que buscaban su propia cocina. En el cercano Teatro del Mundo, un artista venezolano recitó la historia de la música de su pueblo, transmitiendo un mensaje apropiado a la multitud predominantemente venezolana que añora su hogar.
“Sólo lo que cambia y se adapta puede vivir”, dijo en español ante un teatro repleto.
Escenas como esta han ocurrido en Katy por tanto tiempo que el área se ha ganado el apodo de “Katyzuela”, una oda a la comunidad de inmigrantes venezolanos que se unieron en el área después de ser expulsados ??de su país de origen por la inestabilidad política y económica, e inicialmente atraídos a Houston por trabajos de petróleo y gas.
La población venezolana en la región se ha disparado en los últimos años en medio de un flujo de inmigración desde el país sudamericano, otrora rico en petróleo, dando origen a una comunidad revitalizada y aún en crecimiento que continúa llamando a Katy su centro cultural.
La población venezolana del área metropolitana de Houston se triplicó entre 2012 y 2022, según datos del censo, y gran parte de ese crecimiento se concentró en Katy y sus alrededores.
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