Nancy Hernández, integrante de la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes (Fenasopadres), consideró que no basta con que el Ministerio de Educación ofrezca asistencia de salud a los maestros a través del plan de atención integral, sino se prioriza la precariedad salarial. “Los docentes desean es tener un salario digno para comprar los alimentos que quieran”, sostuvo.
Por Radio Fe y Alegría
Durante su participación en el programa De Primera Mano de Radio Fe y Alegría Noticias, Hernández afirmó que lo que se está es intentando poner un “pañito de agua tibia” a la precariedad salarial, un problema que no se soluciona con lo que calificó como “medidas populistas”.
A su juicio, lo que debería hacer el nuevo ministro de Educación, Héctor Rodríguez, es reunirse con los gremios docentes para garantizar el cumplimiento de las cláusulas de la contratación colectiva y enfocarse en mejorar las condiciones de trabajo, ya que, según ella, sin condiciones óptimas no es posible ofrecer una educación de calidad.
Además, criticó que el ministro se ha limitado a hacer anuncios a través de redes sociales y medios estatales, sin convocar a reuniones con gremios ni organizaciones de la sociedad civil para discutir el tema educativo.
Educación ni gratuita, ni de calidad
Para la integrante de Fenasopadres, en Venezuela no se está cumpliendo el principio constitucional de educación gratuita y de calidad.
Argumentó que este derecho no se limita a la exoneración de matrículas, sino que también implica garantizar la dotación de uniformes, útiles escolares, seguro y transporte para los estudiantes, así como asegurar el buen funcionamiento de los servicios básicos en las escuelas, como gas, agua, electricidad, conectividad y baños en condiciones adecuadas.
Subrayó que son las familias quienes hacen un esfuerzo considerable para cubrir las necesidades mínimas de sus hijos en el ámbito educativo.
Un año escolar con viejos y nuevos problemas
Hernández advirtió que el nuevo periodo escolar comenzará con los mismos problemas de años anteriores y con algunos nuevos.
Entre las principales dificultades, mencionó los persistentes problemas de lectoescritura, la falta de dotación en las escuelas y la ausencia de garantías para cumplir los cinco días de clase a la semana en los planteles públicos.
A esto le sumó la reducción de la carga académica en una hora diaria desde noviembre de 2022, lo cual afecta el cumplimiento de las cinco horas reglamentarias.
Recalcó que la falta de condiciones laborales y la precariedad salarial ha provocado la deserción de muchos maestros, más el abandono escolar de estudiantes por la diáspora.