El consenso que no se ha podido lograr, entre las polarizadas fracciones demócrata y republicana del Congreso de EE. UU., con los problemas internos de ese país lo ha conseguido el proyecto legislativo que propone la recompensa de 100 millones de dólares, a quien “le ponga los ganchos”, –para usar su propia germanía– al mismísimo ladrón de las elecciones celebradas en Venezuela el pasado 28 de julio.
Por la captura, de Osama Bin Laden las autoridades norteamericanas ofrecieron en su momento, USD 25 millones; por la de Ismael “El Mayo” Zambada, concretada días atrás, UDS 15 millones; por la de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, USD 10 millones; por las de sus hijos “Los Chapitos”, otros USD diez millones y per cápita. Los gobiernos del resto de los países, civilizados o incivilizados, como lo son casi todos, tampoco han prometido premios que se aproximen, un poco aunque sea, a sumas tan colosales.
“Si vas a ser un narcocriminal, asesino, corrupto, depredador del medioambiente, no te quedes en el aparato, hijo mío, procura ser el más malandrín de todos los malandrines” Así se lo habrían aconsejado desde muy chiquito, allá en su natal Cúcuta.
No sabemos, si el ladrón de elecciones, en referencia se va a tomar el título universal que se ha ganado a pulso, como un insulto o como un halago. Pero las matemáticas, no mienten: Si nos atenemos a lo que marca el correspondiente, “recompensómetro”, el protagonista de nuestra crónica de hoy, es el peor homo sapiens que ha parido la Tierra —aunque hay quienes creen que no llega ni a homo y a sapiens, menos aún, sino a una de esas criaturillas que son las primeras en saltar por la borda cuando, la nave se va a pique.
En lo que se refiere a los villanos de la Historia Universal hagamos un breve repaso: El prófugo internacional en cuestión, es peor que Caín y Judas Iscariote, juntos y al cubo. Más represor de niños y jóvenes que Herodes. Cabeza a cabeza con Hitler y Atila, en genocidio y desplazados forzosos. Pablo Escobar, sería una réplica de la madre Teresa de Calcuta si comparamos las toneladas de cocaína exportadas por cada uno de tales angelitos. En cuanto los criminales locales, no menos legendarios: “Guardajumo”, Dorángel Vargas (a) “El Comegente”, “Petróleo Crudo”, Nereo Pacheco, Pedro Estrada, “El Enano Siniestro”, “Wilmito”, “El Niño Guerrero”, Chávez, cleptócrata y vendepatria, como, él, solo, serían inocentes lactantes, en un “tête-à-tête” con el prontuario ambulante por cuya captura, -–lo queremos vivo, dicho sea de paso— ofrecen la referida bicoca.
No es la primera vez que teorizamos sobre el tema. Si nos atenemos a la relación, costo-beneficio, cien millones de dólares de EE. UU., son insignificantes, “conchas de ajo”. Como se niega a salir por las buenas, con los votos, con manifestaciones pacíficas, por los emplazamientos de los entes multilaterales ¿cuánto le costaría a la gente decente del Planeta echar al felón como se lo merece?
Menos mal que, cada minuto se suman más y más lanchones prestos a trasladar semejante fardo, desde las costas venezolanas, hasta uno de los dos centros de la DEA, que operan en Aruba y Curazao. Al día de hoy, USD 100 millones es una fortuna ¡Qué Erik Prince, ni qué otros cazarrecompensas extranjeros! Los principales aspirantes a cobrar ese premio gordo, son los mercenarios locales, léase, parientes, compinches y sedicentes partidarios. El Hombre del Mazo Dando, los hermanos depravados, el general Madrino, cierta matrona, por menos, han hecho cosas peores. Pero si el susodicho sigue aferrado al Poder, además de robar, asesinar, narcotraficar, de escabullírsele a los escuadrones internacionales de capturas, la hiperinflacion seguirá campeando fueros en Venezuela y ese dineral no alcanzará ni para un solo mercadito de familia alguna. No hay tiempo qué perder.
@omarestacio