“El Hollywood de mi época era un infierno misógino”: Megan Fox, el mito erótico que pide ser escuchado

“El Hollywood de mi época era un infierno misógino”: Megan Fox, el mito erótico que pide ser escuchado

VENICE, CALIFORNIA – JUNE 19: Megan Fox attends the NoCap Shows x Machine Gun Kelly secret show on June 19, 2021 in Venice, California. (Photo by Scott Dudelson/Getty Images)

 

Una de las películas de terror más exitosas de la temporada pasada fue M3GAN (2022), la historia de una inteligencia artificial en forma de muñeca infantil que desarrollaba tendencias homicidas. No cuesta imaginar que en algún despacho a alguien le pareció graciosa la broma de explotar la popularidad de aquel título utilizando, como homólogo del robot M3GAN, a Megan Fox (Oak Ridge, Tennessee, Estados Unidos, 38 años). Este viernes 27 de septiembre llega a la cartelera española Alice (Subservience), una intriga de ciencia ficción con tintes eróticos donde la actriz que saltó a la fama por Transformers (2007) interpreta a una niñera cyborg, adquirida por un padre de familia para sustituir temporalmente a su mujer hospitalizada y que se encargue de las tareas domésticas. Como es fácil de prever, la situación no tarda en escalar a un escenario al estilo de La mano que mece la cuna (1992), con el robot tratando de hacerse con el control de la familia y el amor del marido cueste lo que cueste.

Por El País





Aunque es poco probable que esta coproducción entre Bulgaria y Estados Unidos sea la película con la que Fox regrese por todo lo alto a primera línea –en EE UU ha ido directamente al mercado del alquiler online, sin pasar por salas–, Alice es el nuevo intento de la actriz por reflotar su carrera desde un perfil más cercano a la acción, tras años donde apenas ha sido noticia al margen de sus idas y venidas con el cantante Machine Gun Kelly, con quien mantiene un intermitente noviazgo desde 2020. El año pasado participó en su primera película de alto presupuesto en una década, Los mercen4rios, donde interpretaba a la pareja de Jason Statham, repartía unos cuantos golpes y destacaba dentro de un reparto repleto de viejas glorias del mamporro ochentero. También, en un 2021 todavía de semiconfinamiento por la pandemia, obtuvo cierta atención y sorprendentes buenas críticas por Till Death: Hasta que la muerte nos separe, thriller de supervivencia igualmente rodado en Bulgaria que tuvo estreno simultáneo en salas y plataformas. En Alice, Megan Fox repite con el mismo director, el australiano S.K. Dale.

Ironías del destino, su nueva película compartirá marquesinas con Transformers One, última entrega (esta vez, en clave de animación) de la larga franquicia con la que Fox se abrió paso en Hollywood. Su sonado despido de la saga marcó, entre otros acontecimientos, el final de su etapa de mayor popularidad, después de comparar al director Michael Bay con Hitler –y, al mismo tiempo, con Napoleón– en una entrevista para la revista Wonderland en 2009, mientras la secuela Transformers: La venganza de los caídos seguía proyectándose en cines. “Es una pesadilla trabajar con él. No tiene ninguna habilidad social. Es vulnerable y frágil en la vida real, y luego en el plató es un tirano”, profundizó. Bay, dos años después, no contó con la actriz para la tercera película, aunque aseguró no sentirse molesto con Fox y atribuyó a Steven Spielberg, productor ejecutivo, la decisión de expulsarla. Para enterrar el conflicto, Bay le otorgó el papel de la reportera April O’Neil en las dos películas de las Tortugas Ninja que él produjo en 2014 y 2016, fríamente acogidas.

Madre de tres hijos de 11, 10 y 8 años con el también actor Brian Austin Green (con quien sigue un método de crianza no binaria), Megan Fox creció en una familia de evangelistas con un padrastro, según ella, abusador a nivel verbal, mental y emocional. Debutó en el cine con personajes muy secundarios en vehículos de lucimiento para las gemelas Olsen o Lindsay Lohan y, antes de Transformers, siendo todavía menor, tuvo un primer encuentro con Michael Bay como extra no acreditada en Dos policías rebeldes 2 (2003), en una escena ambientada en un local de striptease. “Le dijeron: ‘Michael, tiene 15 años, no puedes sentarla en la barra y no puede tener una bebida en la mano’. Así que su solución al problema fue ponerme a bailar en bikini bajo una cascada empapándome. Eso es un microcosmos de cómo funciona la mente de Bay”, contó la actriz a Jimmy Kimmel en 2009.

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