Omira Bellizzio @omirabell es una inmigrante venezolana que encontró en la escritura infantil y creativa un refugio contra la añoranza y la distancia del exilio. En #SoyVenezolano le cuenta a @nandasalas cómo el terror la obligó a emigrar, y cómo su formación académica en Venezuela le ha permitido ser una escritora exitosa en Estados Unidos @felije_fiesta
“De Venezuela lo extraño todo, pero también puedo decir que me formé para representar a mi país y enaltecerla”, cuenta la venezolana nacida en Maturín, estado Monagas. A los seis años se mudó a Caracas y cursó Estudios Internacionales en la Universidad Central de Venezuela, pero la vida la llevó a convertirse en una escritora laureada.
Luego de su matrimonio se mudó a Valencia, estado Carabobo e inició lo que llamó ‘Secretos del taller de Omira’, una organización que se dedicaba a llevar a cabo talleres de diferentes expresiones artísticas, escritura creativa y animación lectora. “Se hacían obras de teatro y ayudábamos a los niños a despertar su vena creativa”, recuerda.
Punto de quiebre
Pero como les ha pasado a muchos venezolanos que, como ella, han tomado la decisión de abandonar su país, la situación política de la nación fue cambiando su forma de ver su vida dentro de Venezuela y fue precisamente la represión militar, en un tiempo en el que Omira decidió participar activamente en las protestas antigobierno, la que la obligó a tomar la decisión de emigrar.
“Sentí esa amenaza directa (…) eso me llenó de terror y me di cuenta de que yo no tenía el control de mi vida”. Cuenta que se trató de un momento en el que la Guardia Nacional venezolana llegó para reprimir una protesta en la calle donde vivía y ver la brutalidad con la que los efectivos actuaron, incluso contra las mujeres, le hizo temer por su vida.
Fue entonces cuando una amiga de la universidad, quien residía en Estados Unidos, le brindó una oportunidad para emprender el viaje “me dijo que me podía quedar en su casa, así que me vine primero con mi hijo menor. Se quedó mi esposo organizando todo para venirnos a Estados Unidos definitivamente”.
Piedras en el camino
En julio llegó al país que le abriría las puertas a un nuevo futuro, pero recuerda que aproximadamente en octubre del mismo año, comenzó a tener algunas dolencias que le hicieron creer que se trataba de una depresión post emigración, fue su amiga quien decidió llevarla al médico para conocer qué era lo que estaba pasando.
Tras varios exámenes, transfusiones de sangre fallidas y anticuerpos, el diagnóstico arrojó lupus eritematoso sistémico en la sangre “no tenía fuerzas, porque el lupus trajo otras enfermedades, aun así, mi deseo de escribir se vio realizado con Tulum, el perrito de mi amiga que tuvo un accidente y fue mi compañero durante tres meses y nació la historia ‘Tulum, un perro de ciudad”.
Un sueño hecho realidad
‘Tulum, un perro de ciudad’, es un cuento que narra la vivencia de este perrito en Colorado y que ganó el International Latino Book Awards, como mejor libro infantil bilingüe inspirador. Sin embargo, no es el único libro de Omira que ha ganado condecoración honorífica en el referido galardón internacional.
Se trata de ‘Y la tierra sonríe’ un poemario infantil “que me ha llenado de muchísimas satisfacciones, porque ganó medalla de oro, como mejor libro de poesía infantil, en el International Latino Book Awards y también ganó uno de los premios literarios más importantes de los Estados Unidos, como mejor libro de poesía juvenil, mención temas universales”.
Otro libro que se ha robado los corazones de sus lectores es ‘Aquí llegó la Navidad’, que narra las tradiciones decembrinas en Venezuela. “Se lo dediqué a cómo los venezolanos celebramos las Navidades, está hecho como si fuera un calendario. Lo que hacemos cada día del mes de diciembre, cuando hacemos las hallacas, cuando ponemos el arbolito, entre otros”.
El reto de emigrar
Omira, también, señaló lo que, a su juicio, es lo “más duro” de ser inmigrante y es, precisamente, “dejar a tu familia, específicamente a tus padres y abuelos; y mucho más cuando los pierdes”.
Agregó “cuando se despiden de este plano y tú no estuviste ahí para abrazarlos y compartir con ellos esos últimos años. Primero mi abuelita muere, estando yo en Denver y luego, este año, mami muere inesperadamente, porque no estaba enferma. No estás preparada para un golpe tan duro”, como perder a un familiar cercano y no poderte despedir.
No obstante, no pierde la oportunidad de seguir construyendo nuevos sueños, como lo es el de “traerme a mi papá para acá, para que esté conmigo, para que esté con mis hermanos. Para que nos reunamos nuevamente como familia. Para mí lo más duro es eso, dejar a tus padres”.