Desde una red social que también envía noticias, me entero que un sacerdote del sector Zumba, en la capital del estado Mérida… es acusado por vender los nichos que se construyeron en terrenos parroquiales donde actúa como párroco el padre Danny Xavier Peña Dávila.
Aclaro para los que aún no lo saben que “nichos” llaman en Venezuela a los columbarios donde se alojan temporal o de manera perenne… las cenizas de muertos que fueron objeto de cremación.
No voy a entrar en los dimes y diretes aunque la carta elevada por los feligreses más destacados señala en descargo del padre que esos nichos los vendió “un ingeniero” sin autorización –y supongo con sobre precio-… lo que hace del caso un escandalete tan a gusto en estos tiempos.
Y menos lo haré aunque tomo el hecho para esta columna… porque la red social que me envía este tipo de noticias que no son tomadas en cuenta por redes y medios… obsesionados con las acusaciones y recules de EGU… actúa como elemento difamador de la religión católica… valladar ante la penetración religiosa de las iglesias adversarias.
Pero intento ir al fondo: comienzo entonces recordando que las iglesias católicas ante la caída abrupta en el monto de las limosnas… vieron una manera de resarcirse… construyendo en los terrenos de las parroquias… columbarios para alquilar o vender sitio donde depositar las cenizas del familiar que seguramente estorban sobre el televisor.
Hasta ahí no hay problema… salvo que la LORM… instrumento constitucional que rige y gobierna los municipios… es muy clara en cuanto a que en materia de cementerios quien manda es la Cámara Municipal y el alcalde.
Por lo que conozco y recuerden que soy juez de paz y hace tiempo que comienzo a recibir quejas emanadas por los acuerdos entre parroquias y ciudadanos… cuando estos dejan de pagar el alquiler o las cuotas de compra… y los sacerdotes… con razón… sacan la caja donde reposan las cenizas del abuelito del mala paga.
Y aquí, en el caso merideño… veo que los buitres de la “noticia” se ceban en el sacerdote… no en el presunto ingeniero tracalero… y menos aún en la ilegalidad de esos nichos que sin embargo se construyen y comercian a la vista de todos.
Solución la hay pero involucra a los vecinos más ávidos a destrozar al sacerdote… o a quien lo acusa… que a reparar el problema.
Los primeros maulas son los concejales y el alcalde de cada municipio que en vez de atrincherarse y pelear con sus cófrades… deben legalizar ordenanzas donde se permita que la Iglesia construya lo que la alcaldía no hace… pagando una pequeña porción del alquiler o de la venta.
Pero antes que ellos hay otros maulas que son los ciudadanos que no le exigen a sus concejales preparar ordenanzas sobre el asunto.
Ojalá y el padre Danny Xavier Peña Dávila salga airoso de este señalamiento… que atrapen al colega ingeniero presunto tracalero… y que acicateados por los vecinos… los concejales y el alcalde trabajen… o que en las próximas elecciones los manden al basurero de la historia.