Varios países europeos experimentaron en la madrugada de este viernes un episodio de auroras boreales por segunda vez en cinco meses, un hecho propiciado por el ciclo solar actual, de alta actividad de tormentas magnéticas que se producen en el Sol.
Tal y como ocurriera en mayo pasado, desde emplazamientos distantes como Adliswil (Suiza), Gdynia (Polonia), Ringsted (Dinamarca) o Canarias (España) se pudieron capturar imágenes que muestran la belleza de este fenómeno natural, de una luminiscencia rojiza.
Así, desde La Palma, en el archipiélago español de las Islas Canarias, que se encuentra a latitud de 28º N, se tomaron imágenes que recogen este inusual evento y que, antes del episodio en mayo, hacía más de veinte años que no se reportaba, tal y como en su momento explicaron a EFE desde el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
Como sucediera en aquel momento, el Sol emitió este miércoles 9 de octubre una llamarada solar de las más intensas, clasificada como de clase X 1.8, produciéndose una importante eyección de masa coronal en dirección a la Tierra.
Cuando esta tormenta geomagnética impacta contra el planeta, la atmósfera a modo de escudo desvía hacia los polos todas las partículas ionizadas, principalmente electrones y protones, que se precipitan en la exosfera emitiendo una luz de diferentes colores que se pueden ver de manera habitual en las regiones polares.
Desde el observatorio amateur Astronorte, en La Palma, explican además que si la intensidad de estas tormentas geomagnéticas alcanza el índice superior Kp8, las auroras pueden llegar a verse desde regiones de latitudes más cercanas al ecuador, como sucedió la pasada madrugada.
EFE