El cambio de hora en Estados Unidos para el invierno de 2024 está a la vuelta de la esquina, y millones de personas, especialmente en Florida, se preparan para ajustar sus relojes. Este fenómeno, que se lleva a cabo el domingo 3 de noviembre, busca optimizar el uso de la luz natural durante los meses más oscuros del año.
Por Mundo Deportivo
Al retrasar una hora los relojes, se pretende que los días comiencen con más luz solar, alterando temporalmente las rutinas diarias de los estadounidenses. Sin embargo, este ajuste también suscita preguntas sobre su impacto en el descanso y el ritmo biológico de las personas, un tema que ha generado debate y que merece ser explorado.
Impacto del horario de invierno en el sueño
El ajuste al horario de invierno puede provocar alteraciones en el sueño, especialmente en los primeros días tras el cambio. Según el Dr. Charles Czeisler, especialista en medicina del sueño en la Universidad de Harvard, este desajuste en los ritmos habituales puede dificultar la conciliación del sueño, resultando en fatiga y falta de concentración durante el día.
Para mitigar los efectos negativos del cambio, el Dr. Czeisler sugiere comenzar a ajustar la rutina de sueño unos días antes. Recomienda adelantar progresivamente la hora de acostarse tres días antes del 3 de noviembre, permitiendo que el cuerpo se adapte de forma gradual. También destaca la importancia de exponerse a la luz natural por la mañana, ya que esto ayuda a regular los ritmos circadianos, sincronizando nuestro reloj biológico con el ciclo de luz y oscuridad.
Adelantar las actividades diarias, como salir a caminar o hacer ejercicio, es otro consejo clave que puede facilitar la adaptación al nuevo horario. Estos pequeños ajustes permiten que el cuerpo se adapte más eficientemente y disminuyen la sensación de cansancio a lo largo de la jornada.
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