Hoy cabe el espacio para reflexionar acerca de lo que se estaría trabajando en cuanto al sistema de salud venezolano, luego de un proceso de elección presidencial dentro de una verdadera y completa normalidad, la supremacía de la democracia y también obedeciendo a la lógica humana.
No sería necesariamente un tema de las comisiones de enlace que se establecen en distintas áreas, entre el gobierno saliente y el entrante, pero si una serie de actividades a toda marcha con la asistencia de los gremios que conforman el equipo de salud.
Emociona imaginar solo, estar discutiendo en ese momento hipotético, lo que pudiera ser fácilmente la meta de un gobierno honesto y proactivo para Venezuela como sería la configuración de un sistema de salud eficiente. En este momento queda una especie de realidad paralela, dejando ahora la amarga sensación y en términos absolutos simplemente algo muy negativo para el país, pero en términos relativos entraña la verdadera visión de los que perciben y trabajan por el cambio en favor del mayor compromiso con el bienestar de la ciudadanía.
Seguramente en la mente de los profesionales de la salud, se encuentra toda una serie de compromisos, sueños, ideas, planes y enfoques totalmente abrumados o paralizados por la fuerza, a consecuencia de la ignominia y una nula perspectiva de un porvenir colmado de buenas noticias.
Pero siendo de forma remota abogado de los diablos, puede ser que en Venezuela no anide de una forma estructurada el deseo de lograr fines trascendentales, sin embargo este no es el caso. Con seguridad hay una cantidad de personas en el país, con la visión extraordinaria y aun así viable, de tener venezolanos saludables en toda la amplia definición, con acceso a los servicios sanitarios de manera confiable.
Un esfuerzo para la misión en salud más ambiciosa: lograr servicios de salud de calidad y cobertura universal de toda la población venezolana.
Para el caso de los farmacéuticos, la responsabilidad como parte del equipo de salud, es dar todo el conocimiento y experiencia de la industria farmacéutica y el medicamento, para el diseño, construcción e implementación del sistema de salud venezolano.
De la actual estructura de poder gobernante, no habrá ninguna iniciativa o plan porque no les interesa, presintiendo que el control férreo de la población, además del hambre también se alcanza con el sufrimiento de la enfermedad. Pero como su permanencia se aproxima a un punto nada alentador para ellos, tal como en física la caída libre de un objeto; con la misma intensidad los ciudadanos y gente de bien deben estar listos y en acción.
El encuentro por lo tanto es inminente y este atrevimiento conlleva a colocar algunas premisas para una vía entendida y acordada en el diseño: no hay prioridades (todo es prioritario), no existen operativos (el sistema se regula), las personas abonan inadvertidamente y automáticamente (el sistema no se detiene sino que se sustenta continuamente), la cobertura universal en salud es costosa.
No se puede perder la oportunidad, para recalcar que solo con un cambio de estructura política y adecentamiento de la administración pública, es que se echará adelante en la implementación del tan deseado, necesitado y urgente sistema de salud venezolano. No existe la posibilidad de pensar de otra forma.
@abrahamsequeda