Catorce años después de su boda, Nicolás de Grecia y Tatiana Blatnik anunciaron su separación. El comunicado de la casa real griega fue recibido con sorpresa, ya que el príncipe y la socialite venezolana formaban, aparentemente, una pareja perfecta. Ninguna polémica ni un solo desliz en más de una década de sólido matrimonio en el que no llegaron los hijos. Desde el anuncio de la ruptura, el pasado meas de abril, ninguno de los dos había hecho ninguna declaración pero ese mutismo lo ha roto, seis meses después, Tatiana (43).
Por El Mundo
La ex nuera de Ana María de Grecia, que ha sufrido también la extraña desaparición de su hermanastro en mayo, ha hablado abiertamente en una entrevista a la revista griega BHMagazino donde ha confesado que 2024 ha sido “un año muy difícil” para ella. “Ha sido un año de transición, lleno de momentos de incertidumbre y dolor. Pero creo que es en la adversidad donde a menudo encontramos nuestra fuerza más profunda. Los desafíos de la vida me recuerdan cómo lo importante es perseverar, tener esperanza, tener fe en el poder del espíritu humano”, asegura.
La ex mujer del príncipe Nicolás subraya que ha contado con el apoyo de su familia, de sus amigos y de su entorno. “Saqué de ellos una fuerza enorme (…) Todo pasó a la vez. Al mismo tiempo fue como una avalancha de cambios frente a todos, pero también aprendí la importancia de permitirme sentir, llorar, manejar las emociones y seguir adelante con autocompasión”.
De origen venezolano y criada entre Suiza y Estados Unidos, Tatiana ha decidido seguir afincada en Grecia tras su divorcio. “Aquí me siento como en casa. Este país me acogió desde el momento en que llegué y estoy muy agradecida. He vivido en Grecia más tiempo que en cualquier otro lugar”, señala en la misma entrevista.
Asegura, además, que su madre pasa mucho tiempo con ella, al igual que su hermano Boris, “que ha iniciado algunos negocios en Grecia”. Tatiana destaca que lo que más le gusta de su país de adopción no es solo la gente “sino también la esencia de la vida aquí: la gente, la naturaleza, la comida. Aprendí a leer griego mirando los menús cuando viajaba por el país y el idioma de la comida es la forma en que aprendo a hablar” y comprender una cultura”.
Desde hace años está dedicada a la asociación Breathe Hellas, que ella fundó y que está dedicada a crear conciencia sobre la salud mental en Grecia. “Me involucré en este campo porque creo en el poder del diálogo abierto y las estructuras de apoyo que ayudan a las personas a vivir sus vidas al máximo”, explica en la entrevista de BHMagazino. “Muchas personas sufren en silencio y es muy importante resaltar y reconocer el valor del bienestar personal. A través de esta acción solidaria esperamos alentar a las personas a buscar ayuda sin vergüenza”.
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