El papa Francisco denunció este jueves “la cultura del descarte” que aparta de la sociedad a las personas con discapacidad o “lamentablemente las envía lejos antes de que nazcan”, durante la audiencia con los ministros del G7 sobre inclusión y discapacidad.
El papa recordó que las personas mayores también son víctimas de esta cultura y “se desechan como si fueran zapatos feos”, cuando “son sabiduría.”
Francisco agradeció a los representantes de las siete democracias más industrializadas del mundo, que se reunió esta semana en la provincia de Perugia (norte), “la voluntad de construir un mundo más justo, un mundo más inclusivo, donde cada persona, con sus capacidades, pueda vivir plenamente y contribuir al crecimiento de la sociedad”.
Durante la audiencia, se le entregó al papa “La Carta de Solfagnano”, redactada tras la reunión del G7 en el Castillo de Solfagnano en Perugia, que recoge temas “fundamentales como la inclusión, la accesibilidad, la vida autónoma y la valorización de las personas”, señaló el pontífice.
“La inclusión de las personas con discapacidad debe ser reconocida como una prioridad por todos los países”, aseguró.
Bergoglio aseguró que no le gusta mucho palabra “discapacidad” y que prefiere hablar de “habilidades diferentes” ya que todos tiene capacidades.
Además, pidió “valorizar las capacidades de cada uno ofreciendo oportunidades de trabajo digno”, porque remarcó la exclusión en el mundo laboral es una “grave forma de discriminación”, así como en el mundo cultural y deportivo, y que se garantice que “las personas con discapacidad puedan elegir su propio camino en la vida, liberándolas de las cadenas del prejuicio”.
“Todos los países tienen el deber de asegurar las condiciones para que cada persona pueda desarrollarse plenamente, en comunidades inclusivas”, señaló
El pontífice remarcó que “hacer que el mundo sea inclusivo significa no solo adaptar las estructuras, sino también cambiar la mentalidad para que las personas con discapacidad sean consideradas como participantes de pleno derecho en la vida social” ya que “no hay verdadero desarrollo humano sin la contribución de los más vulnerables”.
“Que se eliminen todas las barreras físicas, sociales, culturales y religiosas, permitiendo a cada uno de nosotros poner en práctica nuestros talentos y contribuir al bien común”, señaló.
Por otro lado, Francisco hizo hincapié en garantizar que las personas con discapacidad “no se queden atrás en las emergencias humanitarias vinculadas a las crisis climáticas y los conflictos que afectan de manera desproporcionada a las personas más vulnerables” y reclamó “un sistema de prevención y respuesta a las emergencias que tenga en cuenta sus necesidades específicas y garantice que nadie quede excluido de la protección y el socorro”.
EFE