Desde que Israel aumentó su ofensiva militar en el sur de Líbano, Naddine Ahmad, de 31 años, cada mañana les envía un mensaje a sus familiares en Beirut para saber si están con vida.
Por BBC Mundo
Naddine, una analista de datos de Dearborn, una ciudad de 110.000 habitantes ubicada en el área metropolitana de Detroit, está molesta porque dice que “no es aceptable” el rol de Estados Unidos en Medio Oriente.
“Es muy duro. Nuestro hogar está siendo destrozado con el dinero de nuestros impuestos”, le dice a BBC Mundo, envuelta en una kufiya roja y blanca, en medio de una protesta que reclama que Israel detenga los bombardeos.
Para los árabes estadounidenses, la guerra de Medio Oriente se siente cerca.
A un año del ataque de Hamás a Israel y de la respuesta posterior contra Gaza y Líbano, en las vistosas casas del sur de Michigan ondean las banderas libanesas y en las cafeterías se ven carteles que anuncian el “esfuerzo consciente” para retirar los “productos sionistas” de la venta como una forma de protesta.