Horas antes de la llegada a España de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez –quien tenía vetado el acceso a territorio nacional por las sanciones de la Unión Europea–, el asesor del entonces ministro José Luis Ábalos, Koldo García, recurrió al número dos de Fernando Grande-Marlaska para tramitar la visita de la política chavista.
Por Adriana Cabezas y Javier Chicote | ABC
Así consta en el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en el que se recoge que, para ello, Koldo escribió por WhatsApp al secretario de Estado del Ministerio del Interior, Rafael Pérez Ruiz. Era 19 de enero de 2020, unas horas antes de que Delcy Rodríguez aterrizara de madrugada en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Y después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, diera su visto bueno por escrito a la visita con un “bien”.
“Ya ves que no me ha dicho nada, pero al menos no pone pegas”, escribió el ministro a Koldo García, a quien también envió un pantallazo de la conversación con el jefe del Gobierno. Tras este intercambio de mensajes, asegura la UCO, “se observa cómo Koldo inicia los trámites ordinarios que se suponen para la visita de cualquier autoridad extranjera”. Y lo hizo, según se desprende del volcado de uno de los teléfonos intervenidos al exasesor de Ábalos, a través de la mano derecha de Marlaska, quien dos días antes había pasado de ser su jefe de gabinete a secretario de Estado de Seguridad. La UCO no recoge su contestación en el informe.
Desde el Ministerio del Interior trasladan a ABC que no hacen comentarios sobre asuntos judicializados y se ciñen a las explicaciones que el ministro Marlaska ofreció ayer a los medios de comunicación durante su visita a la Universidad de Navarra, en Pamplona. “Yo la única intervención que tuve en ese tema es cuando a mí se me hace referencia a la llegada de un avión, de sus ocupantes. Pido la información concreta y de esa información sale que una de las personas, la que hoy es vicepresidenta de Venezuela, tenía una prohibición de pisar suelo Schengen”, sostuvo.
“Entonces lo único que se trasladó era la imposibilidad por mi parte de que esa persona tuviera acceso al espacio Schengen y no pisó espacio Schengen”, cumpliendo así – prosiguió– con el “deber” que correspondía al “Ministerio del Interior y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.
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