Hoy 19 de octubre, en el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, surge una preocupación urgente: miles de mujeres privadas de su libertad enfrentan serias barreras para acceder a servicios de salud esenciales, como la realización de mamografías.
A pesar de ser un derecho fundamental, muchas mujeres tras las rejas no reciben los controles necesarios para la detección temprana del cáncer de mama, lo que pone en riesgo sus vidas. Esta realidad subraya la necesidad de políticas penitenciarias que garanticen el acceso equitativo a la salud, recordando que la prevención del cáncer no debe depender de las circunstancias de la libertad.
En este punto es importante enfatizar que el Estado venezolano, a través del Ministerio para el Servicio Penitenciario, es el responsable de garantizar la seguridad, vida y salud de las mujeres privadas de libertad, brindándoles una atención integral. Según datos del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), al menos 2.543 mujeres permanecen en recintos penitenciarios, y anexos femeninos, lo que representa un 9% de la población penal que sobrevive en total abandono.
“Una mamografía, eco mamario y/o chequeo físico puede detectar el cáncer a tiempo”, explicó una ginecóloga con especialidad en oncología, consultada por nuestra organización, quien agregó que muchas mujeres privadas de libertad acceden a la atención médica cuando su estado de salud es deplorable, por lo que es muy probable que la enfermedad sea irreversible.
El equipo de OVP también dialogó con varias mujeres, algunas que permanecen recluidas y otras que ya disfrutan de su libertad, quienes expresaron que durante su tiempo en prisión nunca recibieron una revisión médica especializada. Si desean realizarse una mamografía o una ecografía, dependen de sus familiares, quienes son los encargados de gestionar el trámite ante los tribunales, además de los gastos inherentes al estudio médico.
La autorización para salir desde el sitio de reclusión hasta el consultorio médico debe ser emitida por un juez, lo que dificulta aún más el acceso oportuno a estos estudios fundamentales para la detección temprana de enfermedades.
“A veces hacen jornadas, pero no todas somos atendidas, no traen suficientes espéculos ni nada de eso. Hay mujeres que en esas jornadas dan positivo para VPH, otras con VIH/Sida, algunas tienen infecciones vaginales o problemas con los ovarios, pero solo hacen un reporte y, si llegamos a necesitar algún medicamento, esto tiene que salir del bolsillo de nuestros familiares”, relató una de las internas.
Es de resaltar que OVP documentó en el Informe anual 2023 | Degradación, desprecio y abandono: características del sistema penitenciario venezolano que durante el año pasado solo se realizó una jornada ginecológica y fue en el Centro de Formación para la Mujer Nueva “Manuelita Sáenz”. Nunca se especificó cuántas mujeres fueron beneficiadas, a pesar de que existen 16 anexos femeninos y una cárcel para mujeres.
Ni siquiera en esta única cárcel para mujeres que existe en Venezuela, como es el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), se cuenta con un servicio médico óptimo. Tienen a su alcance un ambulatorio en el que solamente cuentan con atención primaria, pero no hay suficiente dotación de insumos ni personal médico durante las 24 horas del día.
En el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, desde OVP hacemos un llamado al Ministerio para el Servicio Penitenciario para que se lleve a cabo una evaluación integral de las más de 2.500 mujeres que se encuentran en el INOF, calabozos policiales y anexos femeninos.
Además, solicitamos que este proceso sea realizado por un equipo de médicos especialistas, incluyendo ginecólogos, oncólogos e internistas, quienes puedan atender las necesidades de salud de las reclusas, incluso nos atrevemos a mencionar que deberían tener convenios con universidades con escuelas de medicina para ofrecer una atención médica continua y sostenida, a través de sus profesores y estudiantes.
Asimismo, instamos a que se habiliten consultorios médicos completamente equipados, garantizando una atención adecuada. Recomendamos que, como medida inicial, se organice una jornada masiva de mamografías para asegurar que ninguna interna quede sin ser evaluada, permitiendo así la detección temprana de posibles casos de cáncer de mama y contribuyendo a la lucha contra esta enfermedad.