Más encuestas realizadas en el estado de Keystone sugieren que Donald Trump podría vengar su amarga derrota allí hace cuatro años.
Por New York Post
Y la “fuerza de Trump” es incluso mayor que lo que muestran sus números, le dice el encuestador de Trafalgar Group, Robert Cahaly, a The Post: posiblemente suficiente para dar vuelta un escaño demócrata en el Senado.
Contra Kamala Harris en el evento principal, el expresidente y reciente trabajador por turnos de McDonald’s está preparando una victoria en Pensilvania tal como hizo un montón de tiras de papas el domingo en Feasterville-Trevose.
Trump lleva una ventaja de 46% frente a 43% sobre el demócrata casi titular, lo que indica que los arcos no son las únicas cosas valiosas para el hombre de Mar-a-Lago en el estado, cuyos 19 votos electorales son mejores que el premio de cualquier Cajita Feliz.
Cahaly señala que Trump también está ganando el voto cruzado, diciendo que “tiene más fuerza entre los demócratas registrados que entre los republicanos registrados”.
El cinco por ciento de los votantes no sabe a quién apoya y el cinco por ciento apoya a otra persona.
Pero a pesar de esa pátina de incertidumbre, Cahaly sostiene que la carrera no está tan reñida como parece, y destaca cómo los medios nacionales enmarcaron las encuestas (o la falta de ellas) en sus charlas dominicales.
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